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3937 Words
Tres semanas después — ¡Ahhh, Zoey, tienes que ayudarme! Nunca se lo que Kilian está pensando, es tan… no sé, frío, sólo le interesa follar y ya. ¡Joder! Eva sólo tiene a Kilian en su puta boca. No lo soporto. — Tal vez es eso, sólo quiere follarte. — ¡Oye! ¡No seas así! ¿Sabes? Tú puedes ayudarme en eso, dile que sea mas mmm… romántico o algo así. — Eva, ¡Kilian es un jodido motociclista! No esperes de él un príncipe o algo así, él es así y nadie lo va a cambiar ni siquiera tu — mierda no quiero a Eva cerca de Lucas ella siempre quiere estar encima de él, todo el jodido tiempo, cuando Kilian me va a traer, se viene con nosotros. Ya ni siquiera se va en su carro al colegio y Kilian, ¡no dice una mierda! No se queja ni nada, es como si en verdad le gustara Eva, pero claro… yo no le iba a decir a ella eso, porque entre más rápido ellos se aburrieran el uno del otro, mejor. La cosa es que nunca había visto a Eva así de entusiasmada con un chico antes. Carajo, ¿por qué tenía que ser precisamente con Kilian? — Bueno, en eso tienes razón… ya me había dicho él algo así. — Ya lo creo — Eva se levantó y fue a mi armario a mirar mi ropa. — ¿Zoey? ¿No crees que…. —se dio vuelta—, tú y Kilian ya están algo grandes como para seguir durmiendo juntos? — ¿Qué? No, ¿por qué? — sí, ya lo había pensado, pero ahora la idea me parecía horrible y más si era por los celos evidentes de Eva, Kilian era mío…y punto. — Ohh, vamos, Zoey, ustedes están grandes y bueno, tú eres muy guapa y Kilian también, así que... — Eva, que te quede claro a mí no me gusta Kilian y yo menos a él — ella elevó sus cejas y mordió su labio, bajando la mirada. Eso hacía cuando me estaba ocultando algo. — ¿Qué pasa? — ¿Qué? No, nada. — ¡Vamos, Eva! Hiciste esa cara de que me ocultas algo. — No, Zoey, no hay nada que ocultar — me sonrió y me dio la espalda, para seguir viendo mi ropa. Bien, sí ocultaba algo, pero si no me lo quería, decir no la iba a presionar. — Zoey, ¿no sientes que Kilian a veces…? — y entonces, la puerta se abrió dejando ver a un Kilian visiblemente cansado, había estado fuera desde ayer en la tarde, resolviendo asuntos del club. No quiso contarme qué era, pero sabía que no debía ser nada bueno, siempre que se iba a “negociar” como él decía me daba miedo que pudiera pasarle algo, así que al verlo se me aceleró el corazón y le dediqué una gran sonrisa. Dios, quería abrazarlo, pero antes de que siquiera pudiera pararme, Eva ya estaba toda encima de él y mi sonrisa se quebró, como algo dentro de mí también. — ¡Amor! — Kilian correspondió al abrazo, pero su mirada no se apartaba de la mía. Desde el día de la fiesta él estaba raro… como ansioso, pero no recuerdo nada de esa noche… mierda, en verdad quería ser yo la que estuviera en sus brazos en este momento, solo yo… — Hola, Eva… — la tomó de las mejillas y la besó. Bajé la mirada en ese mismo instante, de nuevo ese sentimiento de algo oprimiendo mi pecho me invadió, siempre que los miraba juntos me pasaba, lo mismo una rabia que crecía desde mi estómago, una impotencia que me perturbada, la culpa de sentirme así, la inseguridad de no saber qué era lo que me pasaba, ¿porque me sentía así? Momentos en los que odiaba a Eva por tocar algo que yo sentía tan… mío. — ¿Qué vamos a hacer hoy, bebé? — preguntó Eva y antes de que Kilian respondiera, yo dije: — Eva, obviamente Kilian se está cayendo de cansancio, creo que deberías dejarlo descansar por ahora — ella rió y asintió. — Dios, es cierto, siento ser tan desconsiderada, amor, te dejaré descansar esta noche — ella le dio un pequeño beso y le sonrió. Mierda, ¿por qué ella tenía que ser tan buena? Eva es una chica increíble y preciosa, ciertamente no soy mucho a lado de ella, ella es segura de sí misma; divertida, hermosa, rubia, inteligente, buena persona y el único defecto que tenía, era de ser un poco zorra, pero lo dejó solo porque quería cambiar para Kilian y yo… era insegura, con curvas de más, pálida, morena y mierda, nada comparada con ella. ¿Porque Kilian iba a preferir estar conmigo que con ella? Espera… ¿qué? ¿Por qué pensé eso? Mi respiración se aceleró al darme cuenta. Corrí al baño y me encerré, aterrada de lo que estaba sintiendo, ¡era tan obvio! Mis celos, mi posesividad, mi mal humor, mi entusiasmo al verlo, mis nervios al sentirlo tan cerca, ya ni siquiera le prestaba atención a Richard… Mierda yo… yo… yo estaba enamorada de Kilian y no quería verlo, por miedo lo encubría, diciendo que era como mi hermano pero no… sólo se necesitó a una chica, mierda, mi mejor amiga, sólo la necesité a ella para darme cuenta Claro, Kilian nunca se fijaría de verdad en ninguna puta de club, pero Eva es una buena chica, algo que él sí quería. Siempre me decía que él nunca se iba a quedar con una puta de club, quería a una niña bien dijo sonriendo, Eva lo era, tal vez él siempre estuvo enamorado de ella, no sé. Las lágrimas nublan mi vista, nunca me había puesto a pensar en ninguna de las putas que Kilian se follaba como posible candidata para una mujer de verdad, para ser su vieja dama… ¡No, no quería! ¡No quería, Kilian es mío! Él siempre lo decía… mío… Mierda, ¿por qué me enamoré de mi mejor amigo? ¿Por qué mi mejor amiga se enamoró de mi mejor amigo? *** POV Kilian Correspondí al abrazo de Eva sin apartar la mirada de Zoey, ella también me miraba. Mierda, juro que cuando entré y mi perra era toda sonrisas, se me paró el jodido corazón, pero ahí estaba Eva para cagarse en el momento y así era últimamente, nunca nunca podía estar con mi jodida bebé, porque ahí estaba Eva, en las noches ya la encontraba dormida, dándome la espalda. Tal vez era porque bebía como un maldito desquiciado, sólo para borrar de mi cabeza la imagen del maldito novio de Zoey jodidéndola. Carajo… estas semanas después de la fiesta, sentí a Zoey tan lejos de mí, supongo que ella no recuerda lo que pasó esa noche, mierda, yo jamás podría olvidarlo era la mejor maldita cosa que había hecho en años, mejor que follar a todas las putas del club juntas, sólo un beso… sólo un beso de ella, era mucho mejor que cualquier otra cosa. — ¿Qué vamos a hacer hoy, bebé? — preguntó la perra de Eva. Maldición, ¿es que no miraba que estaba hecho mierda? Había tenido que lidiar con los malditos Cobras hijos de puta, de nuevo las perras habían querido joder con nosotros. Bill llevaba una carga de armas al sur del país para nuestros hermanos de allá y los malditos habían planeado robárselas, pero los jodimos. — Eva, obviamente Kilian se está cayendo de cansancio, creo que deberías dejarlo descansar por ahora — respondió Zoey, antes de que pudiera hacerlo. "Eso es, nena, defiende lo tuyo". — Dios, es cierto, siento ser tan desconsiderada, amor, te dejaré descansar esta noche — me tomó de las mejillas y me dio un beso. La perra siguió hablando mierda que no escuché, porque ahí estaba mi bebé, mi Zoey mordiendo su labio y con las lágrimas a punto de derramarse. Carajo… mi mundo se derrumbó y antes que pudiera ir por ella, corrió hacia el baño y se encerró allí. — ¿Qué pasó? — Eva miró la puerta del baño que Zoey había cerrado con demasiada fuerza, fue hacia ella y tocó, pero no hubo respuesta. ¿Qué mierda había pasado? ¿Por qué Zoey estaba llorando? ¿Qué hice? Carajo, ¿será que ella estaba…? No, no podía creerlo. —Eva, vete. — ¿Qué? No, ¿qué le pasó? — en verdad se miraba preocupada. — Sólo vete, déjame esto a mí. — Kilian, ella es mi mejor amiga, yo… — ¡SÓLO VETE, CARAJO! — mierda, la perra estaba sacando lo peor de mí, ella me miró mal, pero no dijo más y se fue, cerrando la puerta. — ¿Zoey? — toqué la puerta, pero no hubo respuesta. — Nena, ¿por qué estás llorando? — escuché un pequeño sollozo ahogado del otro lado. Mierda, me sentía tan impotente. — ¡Nena! ¡Carajo, abre la puerta! —¡No!!! Vete… —Perra, ¡abre ahora mismo la puerta antes de que la tire! — ¡No, Kilian! ¡Dije que no, sólo vete, maldición! Bien, suficiente, pateé la puerta con la fuerza necesaria para abrirla y ahí estaba mi pequeña nena, abrazando sus rodillas contra su pecho y sollozando como una jodida bebé. Carajo, eso casi me mata. — Bebé…mierda, ¿qué pasa? — me iba a acercar a ella, pero se levantó de una vez. — ¡No! ¡No te atrevas a tocarme! — y se quebró. — Por favor, Kilian… no lo hagas, por favor, no lo podría soportar. Y eso era todo lo que yo podría soportar, caminé hacia ella, la tomé de la cintura pegándola a mí y envolviéndola en un abrazo. — Shhh, está bien, bebé…aquí estoy — ella se aferró a mí con tanta fuerza, que casi dejo de respirar. — Kilian… ya no puedo… yo no puedo más no ahora que lo sé. — ¿Qué, nena? ¿Qué sabes? — Soy una pésima amiga — bajó la mirada y mordió su labio. — Vamos, nena, sabes que eso no es verdad, eres genial. — Ella rió secamente. Tomé su barbilla con mi pulgar, para que me mirara. — ¿No? ¿De verdad eso crees? — ella enarcó una linda y jodida ceja sexy. — Claro que lo creo. — Entonces, ¿por qué siento esto? — no se si fue mi arrogancia o qué, pero juro que su mirada cayó a mis labios y tragó con fuerza, sólo para después lamer su labio inferior y morderlo. Carajo, sólo eso necesito para ponerme jodidamente duro como una maldita roca. — ¿Q-Qué sientes? — susurré, como una perra tartamuda, y antes de que pudiera darme cuenta, me tomó de la nuca y me jaló hacia abajo, a su altura y estampó esos jodidos labios perfectos contra los míos. Mierda, jódanme si no me volví masilla en sus manos. Ni lento ni perezoso, la pegué aún más a mí y le devolví el maldito delicioso beso, pero no podía tener suficiente, yo era un adicto y ella, era mi dosis de heroína. Gimió cuando metí mi lengua a su boca, sabía delicioso. ¡Mi Zoey, ella me besó! ¡Carajo! Y no estaba ni un poquito ebria, debía ser el jodido cielo. Nos separamos apenas, para tener aire. — Carajo, bebé — susurré. Ella siguió mordiendo mis labios, mmm… joder, qué delicia. Tomé sus muslos para cargarla y la estampé contra los azulejos del baño, pegándola bien a mi entrepierna, para que sintiera mi dureza y gimió al sentirla. — Mío — susurró. — Estos labios son míos — dijo y yo sonreí, mientras movía mis caderas, marcando un delicioso y torturador paso. *** POV Zoey — Mío — susurré. — Estos labios son míos — le dije entre besos, mientras él me torturaba, rozando su dureza contra mí. Dios, estaba duro, muy duro por mí y sólo por mí. — Tuyo, yo soy todo tuyo — me sonrió y lo volví a besar, mientras desordenaba su cabello. Dios, no podía tener suficiente de él, me estaba volviendo adicta a sus labios. Bajé a besar su cuello y gimió. — Ahh… Zoey, si no vamos a follar, tienes que parar o si no, yo no podré hacerlo. No, no quería parar, me envolvía una sensación que me decía que no pensara, que sólo actuara, que me dejara llevar porque si pensaba, todo se iría a la mierda. No sé lo que me provoca, no sé lo que piense realmente, no sé lo que sienta, tan sólo quiero tenerlo, quiero disfrutar este momento, sin preocuparme por nada y nadie... sólo eso deseo, sólo a él. — No quiero parar — levantó mi mirada y la lujuria se filtra en sus ojos, su respiración se acelera y sonríe de lado. — Bien, porque yo tampoco — toma mi trasero y gimo al contacto, su agarre es fuerte y me siento tan deseada por él. Me lleva al cuarto y me tira a la cama, me mira fijamente, para pasar su mirada por todo mi cuerpo, ansiándome, deseándome. Me siento afrodita ante sus ojos, así que con lentitud, bajo el cierre de mi top, que está enfrente. Él sigue mis dedos con la mirada y lame sus labios cuando mira que no hay nada que estorbe, no llevo sujetador. — Sin maldito sujetador — susurra y se coloca encima de mí. — No sabes lo que me provocas, Zoey me vuelves loco — susurra y empieza besar mi cuello, succionando de vez en cuando. — ¿No… estabas… cansado? — susurré bromeando. — No cuando me enseñas estas tetas perfectas — ríe y deja un rastro de besos por toda mi clavícula y baja a mis pechos, metiendo uno de mis pezones a su boca. Carajo, si alguna vez pensé que iba a tener algún pensamiento racional, este se perdió en ese momento. Toma mis manos y las pone a la altura de mi cabeza y con su otra mano, atiende a mi otro pecho masajeandolo y pellizcándolo, nublando mi vista por el placer. — Kilian — susurré y arqueé mi espalda, porque con sólo esas caricias, estaba provocándome un orgasmo. — ¿Te vas a venir? Mmm… eso es, buena chica, hazlo para mí — y esa boca sucia, fue todo lo que necesité para venirme. — Eso, nena — ahogo mis gemidos con su boca. Al besarme, filtro mis manos por su camisa, para encontrarme con su suave piel. Joder, no me di cuenta de cuánto lo deseaba hasta ahora. Él levanta sus brazos para que pueda despojarlo de su camisa y entonces, levanta sus caderas sólo por un momento, para despojarse de sus vaqueros y con ellos, sus boxers. — ¿De verdad quieres esto? — susurra a mi oído. — Por favor — susurro y miro hacia abajo, donde él se está tocando sobre mi vientre, se me hace agua la boca, su herramienta es enorme, se bombea de arriba abajo y yo sustituyo su mano por la mía. — Carajo, bebé… mmm — su frente cae en mi hombro y lo muerde. Demonios, eso solo me pone más caliente y lo masturbo más rápido. — Ya no puedo más, quiero estar dentro de ti — dice y con eso baja mis shorts con mis bragas, agarra su m*****o y pasa la cabeza por mis labios interiores y por mi clítoris, haciéndome gemir y morder mis labios en un intento de contenerme. — ¡Kilian! — Mierda, nena, estás tan mojada, lista para mí — susurra a mi oído y antes de que me de cuenta, se entierra en mí de una sola vez, profundo y fuerte, arrancándome un gemido brutal — Tan apretada — susurra de manera ronca. — Tan grande — digo en respuesta y él sonríe con los ojos cerrados. Las embestidas siguieron una tras otra, llenándome y volviéndome loca de éxtasis. Tengo mis ojos cerrados y él le da un beso a cada uno. — Nena, abre los ojos, quiero verte mientras te follo — los abro con dificultad y miro sus ojos dilatados por la excitación, seguro que así se miran los míos. Cuando siento que me voy a venir de nuevo, él baja su mano hacia mi clítoris y con su pulgar hace círculos, haciendo que mi orgasmo sea demasiado fuerte. — Ahhh... Kilian, así así… — el sonríe arrogante y sigue, hasta que miro su mandíbula tensarse y sé que él está apunto de venirse también en mí. — Mmm… — y cuando ninguno de los dos puede más, nos invade el orgasmo juntos. — Carajo, bebé… sólo carajo… eso fue… — susurra. — Delicioso… — Sí… delicioso — y entonces, cae en mis pechos exhausto, susurrándome algo inaudible y entonces, se duerme. Me despierta el abrazo apretado de Kilian en mi cintura, está dormido, la ventana esta abierta y el aire de la noche se filtra, haciendo del cuarto un témpano de hielo, así que me liberé de su brazo y fui a cerrar la ventana, pero me quedé ahí, viendo el cielo, con los brazos cruzados. Mierda, ¿qué hice?, follé con Kilian y no sólo eso, me enamoré de él. ¿Qué estaba haciendo? Se supone que el es mi mejor amigo, mi hermano, el novio de mi mejor amiga, si Eva se diera cuenta, me odiaría. Ella me preguntó si no quería a Kilian para mí antes de hacer algún movimiento, pero no sabía cuánto me iba a molestar que estuvieran juntos y, ¿que hay de Kilian? ¿Qué se supone que siente por mí? ¿Sólo una follada mas? Ya antes me había dicho que folláramos, que sólo yo le faltaba, pero pensé que bromeaba, ¿y ahora? ¿Pensaría que yo era una puta que podía follarse cuando él quisiera? ¿Una más a la lista del increíble playboy Kilian? ¿Qué mierda iba a hacer ahora? ¿Cómo me trataría ahora? Y no dejaba de pensar en Eva, en cuánto quería a Kilian y yo era una perra que se folló a su novio, joder, ¿y qué hay de Richard? El es lindo y tierno conmigo me quiere, lo sé muy bien, no se merecía a una idiota como yo. Todo se me estaba viniendo encima y no pude contener las lágrimas, por mucho más tiempo, se me escapó un gemido y tapé mi boca. Mi amor por Kilian era prohibido, no debería sentir esto por él, mi Kilian… ¿cómo se supone que me lo saque de aquí? Toqué mi pecho, de repente, unos brazos fuertes llenos de tatuajes me rodearon, pegando mi espalda a su fuerte pecho. — ¿Qué pasa, bebé? — dijo, dejando un rastro de besos por todo mi cuello. ¿Cómo se supone que actúe como si nada, cuando él se comporta así conmigo? — ¿Por qué lloras? ¿Tienes miedo? Sí, tenía miedo, miedo de perderlo a él, de perder a Eva, él se rió y me abrazó aún más. —Bueno, aquí estoy yo para espantar a cualquier jodido monstruo debajo de la cama — carajo, él era tierno conmigo, no podía imaginarlo así con nadie más, cuando éramos niños, tenía esta idea de que siempre había algo debajo de la cama, pero Kilian siempre chequeaba y decía haberlos vencido. — No creo que ningún hijo de puta fantasma se quiera meter con un demonio como yo, nena — reí y más lágrimas nublaron mi vista, él me dio vuelta y me limpió, pasando sus pulgares por mis mejillas. — ¿Qué pasa, Zoey? — ¿Qué estamos haciendo, Kilian? — ¿A qué te refieres? — A ti y a mí — nos apunté. — ¿Qué se supone que es esto? — Depende que lo quieras que sea, Zoey, yo seré lo que tú quieras, tú tienes el control. — ¿No soy una más en tu lista de folladas? — ¿Qué? ¡Mierda, no, bebé! Tú eres… eres todo — mi estómago se llenó de esas jodidas mariposas de las que todo el mundo habla, sólo que las mías eran mutantes. — ¿Qué hay de Eva? — teníamos que caer en la realidad. — Ella no es nada para mí, no me importa. Carajo, eso me molestó. — ¡Entonces por qué carajos estás con ella, Kilian! — ¡Porque tú me lo pediste! ¡Sólo por eso! — ¿Qué? ¿Eres idiota? Yo… es tu vida! ¿Por qué me haces caso? — Yo haría todo por ti nena, si me pidieras que matara al maldito presidente, joder, lo haría sólo por ti. — Kilian… — susurré y acaricie su áspera mejilla con barba creciente y él acarició su rostro con mi mano, para después depositar un casto beso en mi palma. — No podemos. Él frunció el ceño. — ¿Por qué carajos no? — Porque tú estás con Eva y yo con Richard — apretó su mandíbula al escuchar el nombre de mi novio. — Tú estás terminando con ese hijo de puta para ayer — me pegó a él con demasiada fuerza — Yo terminaré con Eva, sencillo. — ¡No! ¡No es tan sencillo! — me zafé de su agarre — ¿Te das cuenta que Eva es mi mejor amiga? ¡Ella está enamorada de ti! — No me importa, yo no. ¡Qué hijo de puta! — ¿No te importa lastimarla? — No — dijo, enarcando una ceja — ¡Pero a mí sí! — ¿Te importa más que tú misma? — ¡Sí! — contesté sin dudarlo. — Estás mal perra, ¡valórate! — ¡Tú estás mal! No sólo podemos pensar en nosotros, si no pensamos en nadie, Eva y Richard podrían salir lastimados. — Me daría mucho gusto que ese hijo de puta novia que tienes, esté lastimado — dijo enojado. — ¡Pero a mí no! ¡Yo lo quiero! — ¿Ah, sí? ¿Lo quieres? — y ahí estaba otra vez, acorralándome en una pared. — ¿Lo quieres más que a mí? — Yo… — cuando estaba así de cerca, mis pensamientos se nublaban. — Responde, Zoey, ¿más que a mí? — susurró contra mis labios, lleno de rabia. — No… yo… sólo te quiero a ti — cerró sus ojos al escucharme y su rabia desapareció al instante. — Entonces, sólo sé mía. — No, Kilian… no puedo, Eva… — y su ira volvió. — ¡Carajo, Zoey! — se separó de mí. — ¡Quieres que esté con esa maldita perra! ¡Bien, lo haré, sólo no te quejes después! — Kilian.. — ¡Cuando ordenes tu mierda y decidas, me avisas! Pero no tardes mucho, porque esta mierda de esperar por ti, me está hartando! — dijo y se acostó. Unos momentos después, yo me acosté y sin poder resistirme, lo abracé y aspiré ese aroma varonil que tiene, él se tensó, pero no dijo nada ni se apartó. Joder, de ahora en adelante, mi vida sería una mierda
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