POV Zoey — Tengo sed — susurré. No sé cuántos días habían pasado desde que me trajeron a este lugar, bien podrían ser una semana o 3 días, no tenía noción del tiempo, porque ellos me mantenían con una venda en mis ojos. El maldito de Robert me pegaba por cualquier maldita cosa, seguro yo estaba deforme o no lo sé, porque a cada segundo comentaban cuanto querían follarme. Era en esos momentos en los que me paralizaba de miedo y asco, pero creo que su Prez les tenía prohibido tocarme de esa forma, pero sabía que si no salía pronto de aquí, nada los iba a detener, en especial ese tal Robert, por el odio que le tenía a Kilian. Kilian no era nada piadoso cuando atrapaba a alguien que lo jodia a él o al club y si él era el que venía por mí, no quería saber lo que iba a hacerles a estos tipo