Sin pensarlo dos veces comienzo a reír. Grandes y fuertes carcajadas salen desde el fondo de mi garganta y no me esfuerzo ni un momento en ocultarlas. — Estás loco, Nick. — Digo tratando de contener mi crisis de risa — Fue una excelente broma, ahora llévame a casa. Él no dice nada, es más está completamente serio. Eso hace que pare de reír y solo pueda mostrarle una pequeña sonrisa burlona. — ¿Qué? — Le digo — ¿Enserio piensas que voy a creerte esa historia? Si en mi corta vida he tenido tres novios es mucho. Jamás en la vida me casaría a los dieciocho, mucho menos antes. — Una vez lo hiciste. Te casaste conmigo. Esta vez me quedo en silencio y es por su expresión en la cara. Esa expresión seria nunca desaparece desde que me dijo que nos habíamos casado. ¡Este tipo está muy mal de la