Perspectiva de Nathan
Pude ver el identificador de llamadas, Tim; sintió a Havoc gruñir levemente en su mente, todavía no le gustaba la idea de que otro tocara a su Compañera. Nathan tuvo que recordarle que ella no había sido suya durante muchos años. Que tampoco es que ellos no hubieran tenido a otra.
‘Mía ahora.’ Havoc le gruñó.
‘Sí, y ella terminará con él. Sabe que tiene que hacerlo. Nos ha aceptado, Havoc.’
‘¿Ahora?’
‘No lo sé.’ Nathan la estaba observando, podía ver que ella estaba tratando de decidir si contestar o no, lo miró, y él supo que no quería que él estuviera en la habitación. No le gustaba, pero no podía obligarla a tomar esa llamada o terminar esa relación mientras él estaba allí mirándola. Quería decirle que lo hiciera, pero no podía.
Su vida humana; una que él le había i******o al desterrarla, era algo que ella todavía tenía que cerrar y Tim era parte de ese mundo para ella. Desafortunadamente, Tim era una consecuencia de sus propias acciones y las de Havoc.
‘Dile que lo haga.’
‘No.’ Nathan le dijo a su bestia —Jay-la, contesta, te daré algo de privacidad.— Declaró y luego se apartó de la encimera y salió de la habitación para hacer justamente eso ‘Tenemos que confiar en ella, dejar que lo haga a su ritmo.’ Le dijo a Havoc mientras caminaba hacia su dormitorio. Se ducharía y se cambiaría de ropa, la dejaría a ella con eso. Necesitaba resolver las cosas con ese hombre, a su manera. Decirle que lo hiciera, solo iba a hacerla enojar con él una vez más. Como había pasado esta mañana y realmente no quería eso. No le gustaba, para ser honesto, cuando ella se alejaba de él. No le gustaba en absoluto.
Ella nunca se había enojado con él cuando Sophia había aparecido, simplemente se había apartado instantáneamente, le había dado lo que él quería, siempre lo había hecho, ahora se daba cuenta. Quizás ahora era el momento de devolver ese favor, mostrarle que él podía ser igual. Darle el tiempo que necesita.
Se duchó y pensó en ese mismo día, esos breves días que llevaron a él y a Havoc a desterrarla, se preguntó cómo se había sentido ella. No le había importado, en absoluto en ese momento, demasiado atrapado por el Vínculo de Compañero. No se había acercado a ella en absoluto.
La había abandonado en el instante en que el aroma de Sophia lo había alcanzado, Jay-la había estado justo allí dentro de la manada ese día, lo había sabido. Los había visto juntos, había visto que habían sido marcados y emparejados en un día.
Cerró los ojos y se recostó en la pared de la ducha, deseó no haber conocido nunca a Sophia. Nada de esto estaría sucediendo ahora mismo. Se habría sorprendido por la noticia de que ella estaba embarazada. Pero también sabía que la habría reclamado. No había deseado estar con nadie más mientras estaba con ella. Nunca miró a otra loba desde el momento en que se unieron.
Ella habría sido su Luna antes de que los trillizos nacieran. Probablemente, solo la habría mirado, y después de superar el shock de convertirse en padre, la habría atraído hacia él y habría clavado sus colmillos en ella y la habría emparejado en el acto. Probablemente, ni siquiera le habría pedido permiso, simplemente la habría reclamado.
Sus hijos habrían nacido aquí, crecido aquí dentro de la manada, mimados hasta el cansancio, no solo por él, sino por sus padres, los padres de ella. No habría problemas entre él y el pequeño Nate en absoluto. Estaría feliz montado en sus hombros, llamándolo papá.
Nathan suspiró pesadamente mientras estaba allí, se conectó mentalmente con Stephen y le hizo la pregunta que realmente no quería conocer la respuesta ‘Stephen, cuando conocí a Sophia, ¿sentiste algo de Jay-la?’
‘¿Por qué me lo preguntas ahora?’, fue la respuesta que recibió de su Gamma.
Nathan frunció el ceño ante la respuesta del hombre ‘Tengo curiosidad.’ Preguntó. No era típico de Stephen evadir una pregunta.
‘Realmente no la vi, se mantuvo alejada la mayor parte del tiempo, creo.’
‘¿Entonces no lo sabes?’
‘No, aunque podría arriesgar una suposición, considerando cómo se sentía ella por ti en ese momento.’
No necesitaba escuchar eso de su Gamma, Stephen. Jay-la siempre había mantenido las cosas divertidas y juguetonas con él. Sabía que ella no era su compañera, no parecía estar demasiado apegada a él, según lo recordaba. Se habían divertido mucho, y él pensaba que eso era lo que significaba para ella hasta ahora, hasta que escuchó esas palabras: ‘¿Quiero saberlo?’, preguntó.
‘Ella te quería. Se hizo a un lado, en el momento en que Sophia llegó y luego…’
‘Fui un completo imbécil.’ Terminó la frase de mi Gamma.
‘Sí.’ Fue la respuesta, sin vacilar. Probablemente, todos pensaban lo mismo.
Nathan cortó el enlace mental. Su propio Gamma había sabido que ella estaba enamorada de él, probablemente lo había sentido, pero nunca había dicho nada, ni una sola vez. Ni siquiera después de que la había desterrado. Podría haber sido diferente si él lo hubiera sabido.
No podía garantizarlo, sin embargo, golpeó su cabeza contra la pared tres veces, antes de cerrar el agua y salir. Solo una cosa más en su lista por la que tendría que disculparse. Iba a ser tan larga como él era alto a este ritmo.
Se secó y se apoyó en el lavabo, mirando su reflejo en el espejo. Había desterrado a una mujer enamorada de él, embarazada de sus hijos. Iba a ser recordado en la historia de esta manada como el Alfa más tonto que jamás había reinado. Tenía mucha suerte de que ella lo hubiera aceptado de nuevo.
No es de extrañar que una parte de ella hubiera luchado tanto por mantenerse alejada. Su padre le había dicho que era porque tenía miedo de Sophia. Pero, ¿y si otra parte de ella había sido rota por él, y simplemente no quería verlo en absoluto, nunca más?
Ahora estaba emparejada con él, con un hombre que la había lastimado, abandonado y desterrado, obligada a valerse por sí misma allá afuera, sin protección y sola, por su culpa. Había perdido a todos los que conocía y amaba en un abrir y cerrar de ojos. Porque él había sido un imbécil egoísta. Golpeó su propio reflejo y rompió el espejo.
Suspiró pesadamente mientras una lluvia de fragmentos afilados caía sobre el tocador, en el lavabo y en el suelo circundante. Se apartó del lavabo y salió del baño para vestirse y limpiarse la sangre de los nudillos. Se comunicó mentalmente con su omega personal y le pidió que viniera a limpiar el desorden del espejo roto en el baño.
No tardó mucho en llegar con una caja vacía, un recogedor y una escoba. La hizo entrar a la suite y le agradeció por venir fuera de horario.
Vio que los tres niños lo miraban mientras cruzaba el área de estar de la suite hacia el dormitorio principal, luego encontró tres pares de ojos sobre él. —Rompí el espejo, ella está aquí para limpiarlo, eso es todo.— Les dijo, para aclarar cualquier confusión sobre una chica que entraba en el dormitorio de sus padres y que no era su madre.
Tenía suficiente con lo que lidiar en este momento, no necesitaba que Nate o las chicas, para el caso, pensaran que estaba engañando a su madre. No necesitaba que Nate lo odiara, por más razones de las que ya tenía ahora.
Nathan empujó la puerta del comedor para ver si Jay-la había terminado su llamada telefónica. Ella estaba sentada en la barra de la cocina, su llamada había terminado. El teléfono estaba frente a ella en el mostrador. Quería preguntarle si había terminado con Tim, pero no lo hizo. Se había oído al hombre gritar sobre matrimonio y su respuesta había sido: cuando me lo pidas.
Se preguntó si Jay-la estaba enamorada del humano. Ella había dicho que no, pero podría haberle mentido preocupada por su reacción, y ahora estaba lidiando con estar emparejada con él. ¿Tenía que lidiar con tener a dos en su corazón? Quizás por eso lo había excluido, se había molestado tanto con él y estaba enojada con él. Aún no le había dicho por qué estaba enojada.
—¿Todo bien?— preguntó en su lugar.
Ella asintió, pero no lo miró, estaba mirando a la nada al otro lado de la cocina. No tenía idea de si eso significaba que había terminado su relación con Tim o no. ‘¿Pregúntale?’ Havoc le disparó directamente.
‘Déjalo, Havoc, tú fuiste quien me dijo que no la hiciera enojar.’ Su bestia se alejó. m*****o lobo, no podía decidirse, ambos estaban conflictuados en ese momento, al parecer.
—Rompí el espejo del baño; Misty está aquí para limpiarlo.— Le dijo, la vio girar y mirarlo directamente ahora.
—¿Qué tan malo es tu temperamento? No recuerdo que realmente tuvieras uno cuando crecías.
Él notó que ella dijo cuando crecías, no cuando estaban juntos.
—Puede salirse de control algunos días... No te voy a mentir. Lo desarrollé mientras estaba emparejado con...— detuvo esa frase en seco, sin querer mencionar la razón por la que la había desterrado.
Ella levantó una ceja. No sabía si era porque se había abstenido de decir el nombre de Sophia o porque había dicho que se salía de control.
—Actualmente está bajo control. Principalmente, Havoc es el problema cuando se enoja. No siempre puedo contenerlo.
—No quiero que los niños vean eso.
—De acuerdo, ya se lo he dicho. Aunque también he notado que se calma fácilmente con la presencia de Kora, estaba más que enojado esta tarde y yo estaba luchando por controlarlo, mantenerlo dentro de mí. Jackson te trajo a la habitación y Havoc se calmó considerablemente... aunque.
—¿Aunque?
—Aun así logró tomar el control de mí para llegar a ella. A veces es una fuerza con la que hay que contar. Se arranca de mí a voluntad, aunque principalmente solo cuando está realmente enojado.
—Bueno, saberlo.— Jay-la asintió. —¿Qué lo enfurece? Me gustaría evitar eso si puedo. No sé cómo lo manejaría, para ser honesta contigo.
Él la miró directamente, ella ni siquiera sabía cómo lo manejaría; se preguntó si una parte de ella todavía le tenía miedo, había visto ese lado de él. Era posible. Todo lo que podía hacer era responder a su pregunta honestamente, —Muchas cosas, aunque principalmente amenazas relacionadas con la manada, tú no eres algo que lo enfurezca, tu presencia lo calma en su mayoría, —le sonrió un poco, —Le gusta mirarte, simplemente... sentarse y mirarte.— Sacudió un poco la cabeza, —es un poco diferente contigo, no es a lo que estoy acostumbrado en absoluto, aunque es algo bueno. No permitirá que nadie te haga daño, eso sí lo sé. Probablemente, se arranque de mí y tome el control absoluto si siquiera piensa que hay una amenaza hacia ti.
—No es nada agradable, en otras palabras.
—No para quien intente hacerte daño.— Sacudió la cabeza. —Es un Lobo Alfa y me imagino que la muerte llegará de manera rápida y violenta para cualquiera que amenace a su Compañera.