Luna Desafiante

Capítulo 2

Nathan Punto de Vista

Nathan se quedó mirando la oficina vacía de Jay-la. Sabía que ella había estado ahí. Había cerrado de golpe esa puerta entre su oficina y la de ella de manera adecuada. Incluso le había hecho sonreír, ella seguía siendo combativa. Le gustaba eso; pero ahora, ¿dónde estaba ella? No estaba donde él esperaba que estuviera.

No la había visto salir de su oficina, y tampoco le habían informado que lo había hecho. Había pensado que ella estaba aquí, haciendo esas llamadas que él le había dicho que hiciera, cerrando su vida en el mundo humano y deshaciéndose de esos cargos. Ahora no lo sabía.

Había pasado una hora desde que la había visto, Nathan realmente había pensado que ella vendría y le diría cuando terminara. Ella no había hecho eso tampoco. Tenía que haber salido de su oficina a través de la puerta de los miembros de la manada, que conducía directamente al vestíbulo del edificio de la manada. Tomó una respiración profunda y se dio cuenta de que ni siquiera podía olerla ahí dentro.

No quedaba rastro de su olor, lo que significaba que no había estado en esta habitación durante mucho tiempo. La única desventaja de tener oficinas insonorizadas: no podía escucharla irse. Había estado ocupado con asuntos relacionados con la manada. Había hecho algunas llamadas a las manadas aliadas para asegurarse de que todo estaba bien y que Jay-la estaba en casa con los niños, que no iba a necesitar ayuda si otra manada se la llevaba o con intentar recuperarla si eso hubiera sucedido. Así que su puerta de la oficina también estaba cerrada.

Nathan no tenía ni idea de dónde estaba en ese momento. Ni siquiera su madre estaba en la oficina de la Luna para preguntar dónde estaba Jay-la, debería haber estado aquí con ella, comenzando sus lecciones de Luna después de hacer esas llamadas.

Tal vez estuvieran en otro lugar juntas, y su madre le estuviera mostrando algunas de sus nuevas responsabilidades a las que debía atender, sabía que había dos miembros de la manada que actualmente estaban de parto en el hospital de la manada. Tal vez su madre le estaba mostrando lo que debía hacer, la Bendición de la Luna para los nuevos bebés. Eso sería agradable, sonrió para sí mismo con esa idea.

Le atrajeron ambos, su madre y su Mate, frunció el ceño cuando se dio cuenta de que no estaban juntas, ni siquiera cerca la una de la otra. Soltó a su madre, ella estaba en el bosque y lo que sentía no quería, tenía que estar allá afuera en forma de lobo con el lobo de su padre, supuso que el apareamiento. Dejó esa conexión en el instante en que se dio cuenta de lo que estaban haciendo.

Jay-la estaba en el comedor de la manada, no demasiado lejos. Se fue a buscarla y la encontró con Rae-Rae y los trillizos. Todos estaban comiendo algo. Nathan sonrió directamente a ella mientras se acercaba, aunque notó que ella no sonrió de vuelta. Seguramente todavía estaba enojada por sus comentarios esta mañana, sobre cerrar su vida.

Se sirvió una taza de café y se sentó en su mesa, junto a ella.

—¿Qué están haciendo?— preguntó, pasando un brazo por la parte de atrás de su silla.

Sintió que Havoc se levantaba dentro de su mente y la miraba directamente. A su bestia le gustaba mirarla. También había disfrutado viéndola dormir. Havoc estaba más que feliz de que ella estuviera aquí, feliz de que Kora lo hubiera aceptado instantáneamente, como siempre había creído que lo haría. Tenía verdadera fe en su Mate, desde el primer momento en que supo de su existencia.

Nathan sabía que todavía tenían cosas que resolver entre ellos, aún tenía que intentar que su hijo se vinculara con él. El chico era tan difícil y tan terco como su propia madre. Aunque su necesidad más apremiante era encontrar una manera de hacer que su Calma de Luna funcionara correctamente, no pensaba que eso fuera a ser tan fácil como marcar y aparearse con ella.

Ethan todavía estaba trabajando en eso, tampoco le había hablado de Suzzy, la niñera de ella, y de esa mujer que era la Mate de Stephen. Que tenían que traerla. Nathan sabía que Stephen estaba infeliz por estar lejos de su Mate. Aunque para ser honesto, estaba sorprendido de que él no la hubiera buscado y la hubiera traído aquí. Cuando los tres se habían tomado la iniciativa de llevarse a Jay-la sin su permiso.

Aunque estaba seguro de que Jay-la podría hacer que Suzzy viniera aquí con una simple llamada telefónica. Le pediría que hiciera eso más tarde hoy, cuando pudiera hablar con ella sin que Rae-Rae estuviera en la habitación.

Rae-Rae también era algo que tenía que resolver. La chica era humana, y parecía estar lo suficientemente feliz, caminando por ahí de la mano todo el tiempo con Michael, besándose. Ella había conocido a Michael en su universidad, la misma donde Jay-la había asistido en realidad, y la misma donde trabajaba el padre de Rae-Rae.

Muchos de los jóvenes miembros de la manada iban a buscar sus títulos en diferentes lugares del país. No eran diferentes de los humanos normales en ese sentido, podían ir a donde quisieran, a la universidad de su elección.

Rae-Rae querría volver a estudiar en algún momento. ¿Cuándo? No lo sabía, la miró directamente

—Rae-Rae, ¿acerca de tus estudios?

—¿Qué pasa con ellos?— sus ojos se movieron hacia él; aunque la chica estaba feliz aquí, vio esa mirada en sus ojos, aún no confiaba especialmente en él. Había estado contenta de que él hubiera logrado convencer a sus padres de dejarla venir aquí, pero aún tenía problemas con él.

—Podría ser una buena idea que veas la posibilidad de transferirte a una más cercana.

—Michael dijo eso mismo esta mañana.— Asintió.

Eso no sorprendió a Nathan, aunque Michael le había dicho a Rae-Rae que estaba dispuesto a esperar a que estuvieran juntos hasta que se casaran. Sin embargo, estaba presionando por una boda rápida. A sus padres esto no les gustaba en absoluto. Al menos le habían permitido a Rae-Rae venir aquí.

Pensó que había ganado algo de confianza al ir a verlos en persona, explicándoles cuáles eran sus intenciones. Permitiéndoles ver y hablar con los trillizos. Así sabían que estaban seguros y no dañados, que también podían venir y visitarlos ellos mismos. Todo había salido a su favor, supuso.

—Cuando pare la nieve, tú y Michael deberían ir a ver las universidades cercanas, una bonita excursión de un día juntos, solo ustedes dos—. Llevarla fuera del territorio de la manada por un día, también permitiría a los miembros de su manada relajarse y permitir que sus lobos salieran mientras ella no estuviera aquí. Actualmente, todos recibieron la orden de permanecer en forma humana alrededor de la ciudad y de la casa de la manada. Solo se permitía cambiar en el bosque, fuera de la vista de la casa de la manada. También tenían que mantenerse callados y usar el enlace mental para cualquier cosa relacionada con los lobos.

Rae-Rae simplemente asintió con la cabeza, luego volvió a su comida. Todavía tendría que trabajar en ella. Sabía que Michael no estaba con ella en este momento, porque él mismo había llenado su horario hasta el tope. Otra forma de castigarlo por asustar a Jay-la y a los trillizos.

Después de pensar en las acciones de su hermano, sintió que se necesitaba más castigo, así que le dio dos opciones; una semana en las celdas o trabajar todo el día, todos los días, y solo permitirse ver a Rae-Rae en las comidas durante una semana completa. No fue sorpresa cuál eligió, no iba a pasar una semana en las celdas. Sería gélido y Rae-Rae no estaba autorizada a saber de ellas.

—Jay-la, ¿hiciste esas llamadas que te pedí?— le preguntó mirándola.

—No.— le respondió sin titubear. Se volvió y lo miró directamente —Lo haré cuando esté lista.

—Cuanto antes, mejor, especialmente en lo que respecta a la demanda.

—Mm, lo haré—. encogió los hombros.

Eso lo hizo fruncir el ceño profundamente, parecía no importarle, —¡Jay-la!

—¡Nathan!— ella le respondió en el mismo tono que él había usado, luego lo miró mientras él la miraba.

Muy terca, no había previsto que esto realmente fuera un problema. ¿Qué Mate quiere una demanda contra su propio Mate? Pensó que ella habría llamado y lo habría aclarado de inmediato. Habían estado felices y enamorados cuando se habían despertado, habían tomado una ducha juntos antes de salir de la suite. ¿Qué había cambiado desde entonces? No lo sabía.

Suspiró un poco pesadamente, —Tiene que hacerse, lo sabes—. Le recordó.

—Como dije... lo haré cuando esté lista. No me presiones, tal vez no te guste lo que sucede si lo haces.

Nathan resopló hacia ella, eso le pareció gracioso, escucharla decir esas palabras, él la había reclamado, estaban marcados y apareados, ella lo había aceptado y también Kora. ¿Qué iba a hacer?

—Eres muy linda—. Rió, sabía que su vínculo superaría todo lo demás.

La vio girarse y mirar a Rae-Rae, —Hmm, Rae-Rae, ¿me llamarías linda?— la escuchó preguntar y sintió cómo la atención de su lobo hacia su Mate cambió instantáneamente, pasó de mirarla feliz a estar cauteloso en menos de un segundo.

—Nope, no cuando estás de mal humor de todos modos—. Rae-Rae negó con la cabeza.

—Jay-la, en serio—. Nathan las interrumpió. No quería que su bestia se descontrolara. —¿Cuándo vas a hacer esa llamada?

Sus ojos verdes le lanzaron una mirada de enojo —Cuando esté lista—, le soltó de vuelta en el mismo tono, y él escuchó la ira en sus palabras. Estaba completamente impactado por la forma en que ella le hablaba. Había otras personas en este comedor que podían escucharla. Ella no parecía preocuparse por eso. —¿Realmente crees, Nathan? ¿Que todo es tan fácil?

—Puede ser—, reconoció, creía que así sería si ella estuviera dispuesta a hacer lo que él le pedía.

—De verdad, ¿si hago exactamente lo que tú quieres, verdad?— Ahora estaba mirándolo fijamente.

Realmente estaba frunciendo el ceño hacia ella ahora, y podía sentir que su lobo no solo estaba sintiendo recelo, sino que estaba tenso por la forma en que ella le hablaba. El tono, Havoc estaba poniéndose ansioso 'Amamos a nuestra Mate, no la alteremos.' Havoc le gruñó en un tono de advertencia.

'No estoy tratando de alterarla Havoc. Solo quiero que cierre sus asuntos en el mundo humano y limpie nuestro nombre'.

'Ha sido nuestra Mate solo por un día. Démonos tiempo para acostumbrarnos. O seré yo quien tome el control'. Le gruñó.

Ahora eso era una advertencia completa de su bestia, a Nathan no le gustaba mucho, pero sabía que si Havoc realmente quería salir y afirmarse, tomar el control total y deambular por esta manada en su cuerpo, podría hacerlo.

'No hagamos eso aún, Havoc.' Le dijo, manteniendo su tono ligero con su bestia. No necesitaba a un lobo Alfa medio transformado merodeando por la manada ni por su Mate, tratando de aparearse con ella de esa manera.

'A Kora le gustará. Somos una Mate buena y fuerte, se lo mostrará'.

Nathan suspiró internamente, todavía tenía reservas reales sobre que Kora y Jay-la lo vieran en su forma semitransformada lobo. 'Probablemente también asuste mucho a los trillizos', le dijo a su bestia. Ni siquiera sabía si habían visto un lobo completamente transformado en este momento. Podría preguntarle a Jay-la sobre eso. Podría resultarles bastante impactante.

'De acuerdo con mostrar fuerza Havoc', probablemente Kora vería fuerza en eso 'lo dejaré pasar si te retiras. Si te quedas dentro de mí y controlas tu temperamento'.

Havoc bufó hacia él, pero luego volvió a sentarse y observar a su Mate. Realmente le gustaba solo mirarla. Kora ni siquiera estaba en la superficie, se dio cuenta. Havoc estaba realmente mirando a Jay-la en este momento. 'Nos gustan nuestras Mate a ambas'. Dijo Havoc.

'A mí también'. Y le gustaban. Kora había sido una loba tan pequeña una vez, tan rápida y divertida de perseguir. Ahora era enorme y aún más rápida, le dio a él y a Havoc una gran sorpresa. Pero aún era tan bonita, sabía que todavía podría esconderse en la nieve, de hecho, ya lo había hecho. No la habían visto, aunque Havoc estaba seguro de que ella estaba allí. Escondida en la nieve como solía hacer.

La miró por un momento más, luego se levantó. —Jay-la, te dejaré por ahora, disfruta de tu comida—. Le dijo y se alejó. Tenía que ignorar que ella todavía no estaba lista para hacer esas llamadas.Quizás Havoc tenía razón, solo había sido su compañero un día, o más bien algunas horas.