Es casi una hora después cuando Daisy pone un pie en un nuevo apartamento que se supone que debe llamar hogar. Si pensaba que el tráfico en Londres era malo, Nueva York le mostró un nivel completamente nuevo. Cree que pasaron más tiempo sin moverse que cuando el coche sí se movía.
El sonido de un interruptor hace que toda la habitación se ilumine.
Frente a Daisy está lo que ella supone que es la sala de estar. Hay dos sofás de un tono marrón claro con cojines de colores crema esparcidos por los cojines. Una alfombra a juego se coloca debajo de una mesa de café circular de vidrio que tiene una pequeña suculenta en el centro. A pesar de los cojines decorativos y la planta, el resto de la habitación está vacío. No hay objetos colgados en las paredes ni marcos de fotos colocados en la mesa a
