Después de que Josefa se ha ido, sigo observando mi reflejo en el espejo, no puedo creer que esta sea yo, no creí que un simple corte y unas luces cambiarían tanto mi apariencia, incluso me veo más blanca por el tono rojizo que ha empleado, me gusta, me cuesta reconocerme, pero me encanta. Hacerme algo diferente nunca me ha molestado, pues el cabello crece y el tinte se cae, pero sé que mi posición necesita que mi apariencia sea casi impecable, he tenido que aprender muchas cosas que no creí que necesitaría nunca, como aprender a vestirme y arreglarme.
Quizás ahora pueda volver a sacar mi lado bohemio, al final de cuentas la idea es pasar desapercibida y sentirme relajada. Estoy pensando en ello cuando mi celular suena, una llamada de Bittori.
- ¡Hola gusana! – saludo alegre
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