Capítulo IV

913 Words
Canadá ha sido agradable, a pesar del frio, la gente es amable, llevamos tres semanas aquí y aunque apenas me adapto a todo, ya hemos logrado contratar casi a todo el personal para comenzar la obra, tenemos que aprovechar que no es época de nieve o el proceso se vuelve más tedioso y complicado, antes de venir según el pronóstico del clima en internet, habría un torrencial de nieve pero después de preguntar a la gente local, nos han dicho que marzo es el mes de deshielo aunque hay probabilidades de que aun vuelva a caer nieve, eso sí, el frio es insoportable en ocasiones por no decir que siempre. Toronto es una ciudad increíble y magnética, es una mezcla entre Nueva York y Chicago, o al menos es lo que a mí me parece, y aunque no he tenido el tiempo de conocer más que el café a la vuelta del departamento que rentamos mi hermana y yo, me gusta embelesarme con sus calles cuando vamos de camino al terreno de la futura obra o de regreso a la ciudad. Matea ha sido muy eficiente, los permisos y licencias ya están en proceso y si todo va bien, en dos semanas más se aprueba y podremos dar inicio a todo, estos momentos son los más cansados pero los más emocionantes para mi cuando comienzo un nuevo proyecto, es ver con mis propios ojos como todo aquello que imagine va tomando forma y volviéndose realidad, es increíble. - ¡Por Dios! Si veo a otro contratista queriéndome coquetear, ¡le pateare los huevos! – chilla mi hermana a punto del colapso dentro del camper, no es para menos, Bittori es todo un mujerón, es bajita quizás un metro sesenta, de piel apiñonada, cabello castaño obscuro y ondulado aunque generalmente se lo plancha, nariz perfilada, labios gruesos, ojos verdes, pestañas y cejas pobladas y esta proporcionada, caderona y nalgona con cintura pero en cuanto a bubis esta promedio ni nulas ni muchas, así que sí, es una mujer agradable a la vista de cualquier persona o eso creo yo. – De verdad que a veces me pregunto cómo soportabas eso, si como jefa lo hacen, no me imagino como empleada, ¡malditos cerdos! – refunfuña molesta y yo me carcajeo. - Lo cierto es que es muy incómodo, pero aprendes a lidiar con ello y darte a respetar – digo encogiéndome de hombros a la vez que entran otros nuevos contratistas al camper. - Creí que serían más educados aquí, pero ya veo que eso ya viene en el sistema del hombre sin importar de donde son – concluye molesta hablándome en español. Yo solo estoy de oyente en las entrevistas de Bittori, eso y que no le gusta estar sola, además que sirvo de testigo, le doy mi visto bueno o malo para las contrataciones eso agiliza nuestro proceso de selección mientras yo sigo trabajando en papeles y detalles arquitectónicos. Después de un largo día de trabajo por fin tomamos nuestras cosas para irnos, son las ocho de la noche y somos las únicas que seguimos aquí además del guardia, si algo aprendí y me quedo muy claro mientras trabajaba en otras empresas era que el jefe siempre se va después de los trabajadores, es un tipo de “velar por su seguridad” además de un compromiso con la persona que trabaja para ti. - ¿Qué quieres cenar? – pregunto a mi hermana que viene recostada en el asiento con los ojos cerrados mientras vamos de camino al departamento, sin duda el día ha sido duro, pero es viernes asi que nuestro bello fin de semana nos dará tiempo para espabilar y descansar - ¿Bi? – pregunto sin dejar de mirar el camino. - No lo sé, no tengo hambre, solo quiero dormir y no despertar hasta rejuvenecer después de todo el estrés que me generan las nuevas contrataciones – dice con la voz apagada – por cierto, mañana llega Carlos, olvide avisarte, pasare el fin con el en su hotel – dice sin abrir sus ojos. - Oh, está bien – digo un deje de decepción en mi voz, es el primer fin que estamos libres, ya que los dos anteriores estuvimos haciendo entrevistas al por mayor y esperaba salir a conocer la ciudad con mi hermana, pero bueno, su futuro esposo lleva sin verla tres semanas, además me servirá para espabilarme un poco de los que me rodean y mi rutina. - Venga, no te pongas asi, igual y podemos vernos para el almuerzo – dice mirándome con una sonrisa ladeada - No, no, está bien – digo mirándola fugazmente con una sonrisa tranquilizadora – lo entiendo perfectamente, ya tenía medio armado un plan para este fin – miento - Mentirosa – dice ella achinando los ojos. - ¡De verdad! Osea lo planee para hacerlo juntas, pero da lo mismo si lo hago sola, - digo encogiéndome de hombros - Lo siento – dice con pesar mientras pone su mano en mi pierna y me mira como cachorro arrepentido - Venga Bittori, no me pongas esa cara, no pasa nada enserio, igual y podemos desayunar juntos y ya luego los dejo o si tienen otro tipo de hambre para el desayuno pues entonces no nos vemos – digo picara y ella ríe - ¡Cabrona! – me acusa entre risas mientras me estaciono en la acera frente al edificio– vale, lo del desayuno me parece estupendo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD