- ¡Vamos Céline!, no puedes enojarte por eso, una noche de fiesta no es nada, ya pareces toda una anciana durmiéndote a las nueve de la noche, no mames, estamos en otro país. – dice Ginger ofuscada porque me ha molestado su propuesta y obvio le tenía que hacer el reclamo. - Coño Gin, pero es que yo no tengo ganas de ir a un bar con extraños. - Céline, hemos aceptado viajar con ellos ¿y te preocupa ir a bailar?, ¿es neta? – dice mirándome incrédula mientras entramos a nuestra habitación. - Es diferente, siguen siendo extraños – digo indiferente - Me choca cuando te pones en tu plan de mamona y amargada – dice dando un grito y dirigiéndose al baño, a los segundos escucho el agua corriendo de la regadera. No sé porque, pero más que no querer ir es que