- ¿Por qué no me llamaste? – le pregunto a Ginger por la mañana - La verdad es que lo olvide – dice apenada - ¿Cómo se puede olvidar algo tan básico Gin? - Relájate un chingo Celi, pues lo olvidé, conocí a un chico super amable y me trajo, fin. – dice de lo más tranquila. - ¿Asi nomas? Diciéndole a un extraño donde te estas quedando. ¿¡Pero en que estás pensando!?, ¡pudo matarte o secuestrarte, yo que se, cosas peores, Dios mío Gin! – cuestiono alterada, a veces la confianza ciega de mi amiga en los extraños me enerva. - ¡Ayy! No me grites Céline, no eres mi madre coño, – dice molesta – y es mejor que terminemos aquí esta conversación o nos amargaremos el día. - ¡No!, ¿es que acaso eres consciente del peligro en el que nos pones a