Cuando íbamos de camino, Gin y yo nos mantuvimos juntas, los chicos al vernos estaban sorprendidos, ambas sabíamos que estábamos de infarto, así que sin darles tiempo de decirnos algo, salimos dispuestas a ir al lugar con nuestros brazos entrelazados dispuestas a pasarlo bien. El lugar nos anunciaba nuestro destino, ya que tenía por fuera unas enormes letras rojas con focos que decían "La Cachina" , parecidas a las que usan en los circos. Visualmente era atractivo, con todos sus colores y ambiente alegre, al acercarnos más, caí en cuenta que en su mayoría era decorado con elementos reciclados y se sentía bastante cálido y original, pero lo mejor fue cuando entramos y vi que la barra era el pedazo de una combi VW amarilla transformada. El brutalismo era la definición arquitectónica del
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