Cassius
Jemma estaba acurrucad en la limusina, llorando desconsoladamente. Me partía el corazón. Quería consolarla, pero ella seguía apartándome así que lo único que podía hacer era observarla.
Enoch gemía tristemente en mi cabeza. Ver a nuestra pareja en tal angustia era doloroso para él. Ella estaba acurrucada contra la puerta, tan lejos de mí como físicamente podía estar en el coche.
Sabía que hacerla dejar a su cachorro atrás sería difícil, pero pensé qué tan difícil. Sin embargo, no podía tenerlo en mi palacio.
Llámenme egoísta. Era evidencia de su infidelidad. Aunque fue mucho antes de que nos conociéramos a los ojos de la Diosa, era infidelidad tener un cachorro con alguien que no era tu pareja; y sabía que esa no era su única indiscreción. Su padre me lo había contado, la hab
