Marcelo sabe perfectamente que su juego lo emociona demasiado, sin embargo, nota en Leticia un rostro lleno de temor y precisamente eso es lo que no quiere, no obstante, la actitud de ella lo hace sentirse incómodo y no quiere perder autoridad, porque sabe exactamente que hasta que ella no lo ame tendrá que mostrarse como el hombre más insensible que puede existir.
Leticia se está sintiendo como la mujer más vulnerable del mundo, ella empieza a observar a los ojos a Marcelo, prácticamente suplicando para que absolutamente nada le haga.
—No puedo creer que usted sea tampoco hombre, todo para querer propasarse conmigo —levanta la voz Leticia.
—Estás tan equivocada porque soy tu esposo, no sabes cómo me estoy conteniendo Leticia; puesto que tu inmadurez es insoportable. —Marcelo se va c
