Leticia respira con bastante melancolía, siente tanto lo que le está haciendo a su alma, solamente maldice el momento en que su vida cambió y desear decir adiós simplemente está prohibido para ella. —Acepto —responde con una voz muy baja Leticia. De inmediato muchos aplausos empiezan a sonar, Rebecca se va acercando a su hija con una gran sonrisa, justamente para abrazarla y felicitarla por su gran decisión. —Sabía que serías igual que yo inteligente. —Rebecca aprieta la cintura de Leticia lastimándola con sus manos. —De hecho, no lo soy por algo estoy aquí con ese hombre. —Leticia le mueve la mano a su mamá y levanta inmediatamente su frente. —No entiendo por qué me estás tratando como si fuera tu enemiga, cuando lo único que quiero es lo mejor para ti. —Rebecca levanta su mano, per