Leticia se está mirando fijamente en el espejo sabe que ya el día llegó y huir termina por ser prácticamente imposible; cada segundo que transcurre del día la hace sentir mucho más sola. Ella se empieza vestir, se da cuenta que Marcelo dejó una sensual lencería lo cual ella ve como lo más desagradable, sin embargo, cuando empieza a colocarsela se empieza a sentir sexy y eso definitivamente si le está gustando. Leticia mueve su mano por todo el cuerpo dándose cuenta que podría seducir al hombre que se le antoje, no obstante, recuerda que todos esos pensamientos le incomodan a Eduardo por lo cual ella prefiere guardarlos para ella misma sin que nadie se dé cuenta. Aunque en el fondo sabe que esos pensamientos solo le producen curiosidad por cosas impuras, ella solo anhela tener las manos d