Eduardo está analizando cada palabra que le dice Leticia, puesto que por más de que la entiende prefiere sentir que no es así. —Yo sé que debe existir algún lugar en el que nos podamos sentir felices, quiero que salga precisamente a relucir desde ya. —Eduardo abre sus ojos—. Amor quiero que me des esperanzas de que todavía sientes cosas por mí, en realidad yo sí creo que tú me amas —habla con un tono tembloroso nuevamente Eduardo. —Seguramente sí me agarras mis manos, Eduardo solo siento frialdad en ti, aun cuando quieras entregarme todo tu amor, yo ya no lo quiero prefiero sentir que puedo estar a la derivada de saber si tengo suerte con un hombre que alcanza a ser desconocido para mí y no hacerte sufrir Eduardo. —Leticia descarga su pecho hacia abajo. —No comprendo como soy tan imbé