-La perdí, papá- Eduard frunció el ceño sin entender de qué hablaba Jordan. Lo llamó a su teléfono y lo primero que salió de su boca fue eso.
-¿De qué hablas?¿Estás ebrio?
-La perdí…
-¿A quién perdiste? Jordan, no estoy para juegos- dijo con seriedad.
-Perdí a Emira, papá- Eduard sintió una presión en su pecho.
-¿Qué?¿A qué te refieres con que la perdiste?¿Es que aún hace lo que le da la gana esa mocosa?¿Qué carajos te pasa, por qué eres tan blandengue con ella?
Jordan suspiró exasperado y se levantó de la silla de su oficina.
-Mis hombres están revisando las cámaras, salió y simplemente no me di cuenta.
-¿Qué pasó para que esa salvaje decidiera huir a la ciudad?
-Celeste pasó por aquí, te dejó saludos- Eduard frunció el ceño sin entender.
-¿Celeste?
-La puta española.
-¡Oh!¡Cl
