El techo de mi habitación se había vuelto muy interesante últimamente, por más que le consulto de cómo hacer para lograrlo, la verdad es que no se me ocurre absoluta nada. -Isa, ya levántate, qué no ves que se te hará tarde para ir al colegio. -me gritó mi mamá y por lo lejos de la voz, pude deducir que se encontraba en la cocina, miré la puerta como si pudiera ver tras ella. Me había despertado media hora antes de lo habitual, pero no quería levantarme por estar pensando demasiado, esto me está quedando grande y ni siquiera podía pedirles ayuda a mis amigos, sino debía contarle absolutamente todo y es lo que menos quiero o se enojarían conmigo por ser tan tonta y torpe. Decido dejar de atormentarme y me levanto de la comodidad de mi cama para arreglarme, tomo una ducha y me visto con u