Henry bajo, y yo quede muda dentro del auto, mirando aquella escena, en esos labios perfectos y cubiertos por un pintalabios color rojo intenso, se fueron elevando lentamente al ver a Henry, esa sonrisa de maldad, esa sonrisa pecadora y que solo tenía ese interés en los hombres. Henry me daba la espalda, se tensó, lo pude ver como la camisa que tenia se adherido mucho más a esta, a su espalda fuerte. Henry se dio vuelta, él estaba como yo, perplejo. Pestañee varias veces, baje la mirada y suspire, baje del coche también. Jade despego la mirada de Henry, dejo de morderse el labio, al mirarme...trago en seco y siguió sonriendo, para mí en falso. ¡Maldita Serpiente! —Nahiana...—pronuncio mi nombre con algo de molestia. —...no te reconocí. Estas cambiada, ya no tienes ese metal en tus dient