Vamos andando, todos nos observan de manera asombrada, como si no pudiesen creer que estamos aquí encima de Quino, me siento algo avergonzada, no me gustan las miradas de todos. El solo va en silencio, siento su brazo como si me protegiera de no caer, las doncellas sonríen al vernos, me giró un poco y el sólo observa el camino, sin ningún tipo de emoción en el rostro, es tan extraño, yo sólo disfruto la fresca brisa, ahora no siento frío, la capa que el Duque me colocó sobre los hombros es muy acogedora, andamos hasta llegar a una hermosa zona boscosa, las hojas de los árboles han comenzado a caer, ya que el invierno hace su llegada, de pronto el Duque detiene a Quino, y baja de el, para siguiente ayudarme a bajar a mi. Camino pues veo frente a mi a una pequeña ardilla llevar nueces, sup