NUNCA EN UNA LUNA AZUL

LA PACIENCIA DE JOE

“LA PACIENCIA DE JOE”

“La libertad de espíritu tropieza con la resistencia que le pone la necesidad “ Nicolás Berdiaeff

Peggy solía llamarlo a su trabajo y Joe respondía. No le mentía, y le enviaba claros mensajes

que ella entendía . Peggy además se práctica era discreta. No en vano Peggy sabía de antemano todas esas primicias que Joe descubría. Estaba orgullosa de él, aún antes de conocerlo devoraba sus artículos on líne en el trabajo mismo aunque fueran macabros. Ahora además de ciertos crímenes menores apasionantes-a causa justamente de la pasión que vuelve asesinos a algunos seres humanos-Joe seguía el caso aparentemente cerrado del asesinato del Central Park. Peggy sabía que no debía de esperarlo a cenar temprano. Además usaba ese tiempo para recabar ella misma i formación útil. Todo rosando lo descabellado y esotérico. Por no decir lo sobrenatural que después de todo era lo más visitado en la biblioteca.

Cuando los lobos están en silencio la luna les aúlla con su brillo…” ¿hoy o mañana? Definitivamente más adelante, ¿porque apresurarse para que adelantar la cacería? ¿Seré eterno acaso, indestructible? mi propio creador” un ronroneo salió de su mente misma, “siempre ha sido el juego del gato y el ratón, si el gato también se mueve en la oscuridad se asocia con ella se transforma bajo el sello de la noche, la noche cambia la perención dela realidad, la espiritualidad, intuición, misterio, sueños. El gato es lunar alguien me lo dijo, una mujer, un cabo suelto que debo hallar Aiko Sendai pobre nuestra doctora creía que podía curarse y curarnos de “esto y esto no es más que vida no una maldición supercherías infernales de ignorantes que no comprenden el poder de la creación. Un simple gato adorado en Egipto y más animales. Mi abuelo Emaús hasta hubiera comprendido lo divino de esta metamorfosis pero no quiso su buen tío y su maqui sí, pero está destruida ya debería de reconstruirla, los lobos debía ignorar como. Debía de ser fácil, había que ser cuidadoso sin ser descubierto ahora los lobos no tienen rey. Se lo he dicho a Simon que ironía y ahora él es mi hermano debo salvarlo, protegerlo hacer que comprenda que debe estar a mi lado, obedecerme, no hay otra salida. Si él sobrevivió como humano y como lobo también como bestia, que mal calificaba, yo tengo la luna en mis manos saldré de este escondite mísero y sucio, de este bosque donde solo hay animales y les demostraré a los mortales de allí fuera que hay otra especie de hombre, ¡no ha nacido ni nacerá quien un día de ceniza la luna no vea crecer!”

La bestia dentro de Darren se sentía poderosa como siempre usaba a Darren de escudo de guarida aunque ignoraba ya que si Darren era destruido de alguna forma también perecería.

Fuera de edificio del penthouse que Lexa y Darren habrían transformado en su lugar de citas, Joe esperaba paciente tras el volante de su nada nuevo auto azul metálico. Sabía dónde podía estacionarse sin levantar sospechas y hasta ideó un recorrido de tiendas donde ir sin perder de vista su objetivo principal. Si aquel joven amigo de Lexa salía lo hacía de noche o bien camuflado. No era nada común es decir no era lo que se esperaba en Lexa y menos podía formar parte de esa banda de amigos bulliciosos y buenos para nada que Lexa integrara en su período rebelde. La muerte de aquel joven debió de ser un lado a la realidad. Joe estaba tras los pasos de Verónica, la otra muchacha que firmaba partende la banda de amigos. La había visto fuera de la ciudad. Estaba “limpia” de sustancias al parecer y no se metía en líos. Muchachas así costaba que se regeneran, Lexa pareció tener buena suerte. En cuanto a Verónica parecía Hacía poco había conseguido empleo en un bar , una discoteca más bien. Otros decían que buscaba público para peleas clandestinas organizadas entre estudiantes de un campus. Joe no perderia de vista esos datos tampoco su instinto el decía que por ahí estaba la clave. Y Selene Rimini claro...

“Esa noche…” pensó Lexa en voz alta “se lo que vi , si lo sé y no quiero volver a verlo aquello era real ninguna alucinación, tal vez alguien más lo vió aún así debo comprobar que no estoy enloqueciendo “

Por ello Lexa había seguido a Darren hr loa suburbios más allá de los puentes y autopistas, donde se extendían las desoladas partes fabriles y de depósitos. La luna brillaba y ella tenía miedo más del que sintió aquella noche ya que ahora sí estaba segura de lo que podía hallar.

“ Se lo que vi …primero a Darren, a Peter …pero aquella discusión…dónde estaban los otros? Darren y luego esa forma inhumana ese gran perro….esa fiera… la que sin duda terminó con la vida de Peter…esa cosa ….” Lexa no había llevado su auto estaba a pie algo desmejorada, sin haberse alineado bien su ropa, con su rubio cabello suelto.

Un depósito, oro más, tras esas críticas de metal debía estar Darren, se inyectaba solo, tal vez lo hallara con otra muchacha en una cita clandestina o quizás contrabandeaba objetos robados lo que fuera. Apresuró sus pasos. Sus zapatos de tacón se atoraron en un par de alcantarillas. Creyó oír un gruñido eso era…solo un par de autos apagaron raudos por la intersección de dos calles. Lexa no soporto levantó su puño y golpeó la puerta de desgastado mental. No sé percibía ruido dentro.

-Se que estás ahí Darren! Soy Lexa abre la puerta!

Fue imperiosa, dio un paso atrás insultó por lo bajo y al instante unos sonidos de pasos arrastrándose, con un chirrido la puerta cedió y se abrió. Lexa sintió que si respiración se cortaba, olió algo…si lo olió, debió de levantar la vista para distinguir lo que estaba ante ella. Algo, algo inhumano apenas iluminado por las luces de la acera.

-No, no no de nuevo!!!

Esa frase fue una súplica desgarradora que trepó por su garganta. A quien iba dirigida le sorprendió tanto como la huida de la muchacha. Lexa corrió tropezando sin caer pero sin darse respiro,no siquiera iba a gritar para pedir socorro. La luna iluminó sus pasos, no se preocupó en mirar atrás, sabía que sería una presa. De la nada en una de las esquinas un auto azul metálico apenas se dio tiempo para frenar .Lexa se desplomó sobre el capot exhausta…