Alina's POV
El martilleo en mi cabeza era como una marea fría, pero el dolor no desaparecía. Abrí los ojos a una habitación tenue. Aunque sabía que era de día, nadie había abierto las cortinas gruesas aún. Tenía la boca seca y me estiré para agarrar el vaso de agua de la mesa de café. La sed persistió después de cada sorbo lento y olas de náuseas se agregaron a mi miseria. ¿Cómo es posible que podamos enviar a un hombre a la luna, pero aún no podemos encontrar una cura para la resaca?
“¿Sabes cuál es la mejor cura para eso?”, escuché la voz ronca de Chloe mientras se tambaleaba hacia la cocina, señalando lo que solo puedo suponer era mi delicada cabeza en mis manos.
“¿Qué?”, gruñí sin levantar la vista.
“¡Seguir borracha!”, la escuché abrir la nevera y la vi abrir una lata de sidra.
“
