When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
CAPÍTULO XVIIITodo progresaba ahora regularmente: teatro, actores, actrices y vestuario... todo iba adelante; pero, aunque no surgieron nuevos grandes obstáculos, Fanny pudo observar, antes de que hubieran transcurrido muchos días, que no todo era constante satisfacción para los mismos que integraban el grupo escénico, y que no se veía en el caso de presenciar una continuidad de aquella unánime alegría que casi se le hizo insoportable al principio. Todos empezaron a evidenciar sus respectivos motivos de disgusto. Edmund tenía muchos. Totalmente en contra de su criterio, se llamó a un escenógrafo de la capital, que estaba ya trabajando, lo que venía a incrementar los gastos considerablemente y, lo que era aún peor, la resonancia del acto que se proponían celebrar; y su hermano, en vez de de