CAPÍTULO XVINo estaba en el poder de miss Crawford conseguir, con su conversación, que Fanny olvidara realmente lo que había sucedido. Al término de la velada fue a acostarse dominada por la misma impresión, con los nervios todavía excitados por la violencia del ataque que le había dirigido su primo Tom, tan pública e insistentemente, y con el espíritu agobiado por la reflexión y el reproche tan desconsiderados que le había hecho su tía. Haberse visto llamada de aquel modo, para enterarse de que sólo se trataba del preludio de algo infinitamente peor; haber escuchado que debía hacer algo tan imposible para ella como intervenir en la representación y, después, haber tenido que soportar aquellas imputaciones de obstinación e ingratitud, reforzadas con aquella alusión a su situación de inferi