VI.- He Vuelto

5000 Words
Las cosas en Konoha habían estado en paz durante todos estos años, los Uchiha solo pensaban en cuando volverían a ver a Kuro, uno de los integrantes de su familia. Los demás aldeanos habían notado sus ausencia pero todos sabían que el pequeño Uchiha se había ido a un entrenamiento especial o eso era lo que decían sus padres y hermanos pero no indagaban más, era bastante común que los Uchiha se fueran por una temporada lejos de la aldea a entrenar y no muchos conocían el paradero de cada uno ya que eran bastante secretos. Al ser uno de los clanes más fuertes de la aldea no quería que los demás o sus enemigos supiera adonde iban los jóvenes a entrenar.   Justo en el barrio Uchiha en la casa principal se encontraban tres azabaches, el primer de 18 años de cabello largo amarrado en una coleta y en su rostro parecía dos rayas que podrían incluso parecer ojeras además de que vestía un uniforme de ANBU, el menor de 16 años entrenando con el mayor mientras que una pequeña de 10 años los veía entretenida. Los hermanos se encontraban bastante entretenidos en lo que hacía que ni cuenta se dieron que alguien los veía desde lejos, ellos habían estado esperando la llegada de su hermano, lo extrañaban bastante además de que hacía falta esa chispa de carisma en la casa pero mantenía la esperanza arriba como su madre.   La persona que los estaba viendo cayó con gracia frente a los tres hermanos logrando que se asustaran y se pusieran en posición de defensa. El chico era de cabello azabache como ellos, con una máscara de zorro cubriendo su rostro, vestía unos pantalones negros, una playera sin mangas del mismo color, en su cintura tenía carios kunais y algunas pequeñas dagas colgando.   - ¿Quién eres? – preguntó Sasuke frunciendo el ceño y colocándose frente a su hermana   - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes  - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes   - ¿Naruto? – dijo Itachi confundid pero contento por ver a su hermanito de regreso, estaba realmente emocionado por verlo de nuevo, tan grande y maduro además de que tenía sus ojos, ya no era ciego.   - Itachi-nii recuerda que mi nombre es Kuro no Naruto – su mirada se opacó – él murió hace un tiempo. – recupero ese brillo y sonrió hacía la mayo – Uchiha Kuro volvió a casa   - ¡Kuro-nii! – grito la menor corriendo a los brazos del otro abrazándolo con fuerza haciendo que sonriera con cariño mientras acariciaba su cabello   - Hola pequeña princesa, veo que has crecido bastante – le dijo con ternura   Kuro siempre había tenido una hermosa relación con su hermana menor, siempre era quien estaba con ella para cuidarla y jugar a lo que quisieran incluso si eso implicaba que lo vistiera y arreglara como una mujer, ver a su hermanita feliz era lo único que necesitaba además siempre dijo que era su pequeña princesa mientras que su madre era la reina.   Antes de que alguien pudiera decir algo más o abrazar al recién llegado Mikoto se acercó a ellos caminando de manera distraída.   - ¿Qué fue ese ruido? – preguntó la mujer levantando la vista quedando en shock al ver a su pequeño Kuro tan grande y parado frente a ellos mientras tenía a su pequeña entre sus brazos. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, había extrañado tanto al pequeño Kuro, ese pequeño solecito que iluminaba sus vidas.   - ¡Mi pequeño Kuro! – dijo Mikoto viendo como su hijo se acercaba con su sonrisa tierna y amable envolviéndola entre sus brazos, ahora su hijo era más alto que ella así que ahora era él quien la consolaba   ……………………………………………..   Mikoto siempre supo que Naruto era la persona más fuerte que había conocido, sus padres lo habían olvidado y solo se dedicaban a sus hermanos menores pero así podía sonreír como si nada malo hubiera pasado y siempre ayudaba a los demás, pero… ¿quién lo ayudaba a él? ¿Quién estaba para consolarlo y abrazarlo diciéndole que todo estaría bien? Por eso aquel día que Mikoto caminaba por la academia esperando por Sasuke y Naruto se quedó petrificada al ver al pequeño rubio en una esquina de un callejón con sus piernas entren sus brazos y su cabecita escondida entre ellas y podía escuchar pequeños sollozos. La mujer no lo soporto más y corrió tirando las bolsa que tenía en sus manos para tomar con cuidado al pequeño entre sus brazos dejando que sacara toda la tristeza en él mientras se mecía suavemente y dejaba suaves besos en la cabeza del niño.   - Tranquilo pequeño, todo estará bien – le decía una y otra vez sin dejar al menor   Naruto solo se aferraba a la playera de la mujer llorando con toda su alma, dejando que su tristeza se evaporara con el cariño de esa mujer le daba.   ……………………………………..   - Tranquila mamá, he vuelto y prometo no volverme a ir – le dijo Kuro en un susurró mientras que la mujer sonreía con ternura, su pequeño había crecido tanto – Lamento haberte dejado por tanto tiempo – se separó limpiando las lágrimas de las mejillas de su madre con cariño tal y como ella solía hacerlo para él.   - Eso ya no importa – sonrió de manera tierna para después tomar las mejillas de su hijo entre sus manos – Déjame verte con atención   Mikoto   Tomé el rostro de mi Kuro con delicadeza y acaricie sus mejillas, había pasado tanto tiempo en que no lo veía y puedo ver todos los cambios que ha tenido, esa cara aniñada estaba desaparecida pero su sonrisa seguía siendo la misma. Sus ojos.   - Kuro, tus ojos…   - Me los dio la persona que me cuido todo este tiempo. – bajo su mirada y podía ver la tristeza en sus hermosos ojos, ahora tan negros como la noche, de esta manera si parece realmente un Uchiha como debió de ser desde el momento que nació. – Él fue mi maestro y otro padre para mí todos estos años   - Oh pequeño, ¿quién fue ese amable hombre que te cuido? – le pregunté con cariño, me parte el corazón ver a mi pequeño tan triste. Mi pequeño sol no debería de sentirse triste, el mundo no lo merece.   - Uchiha Madara   …………………………………………………   Los presentes estaban realmente sorprendidos, ni siquiera sabían que el hombre seguía vivo, uno de sus antepasados estaba con vida y cuido del menor con tanto cariño para que Kuro lo reconociera como un padre más. Todo entraron a la casa para poder escuchar lo que Kuro les contaría acerca d e que había hecho estos años así que acomodados y con un té preparado por Mikoto vieron a Kuro quien les explico con detalle todo lo que había vivido al lado de Madara.   Al acabar Kuro se levantó saliendo de nuevo al patio trasero donde se recargó sobre un árbol viendo el cielo estrellado, era fascinante lo mucho que se había perdido, sí ya llevaba bastante tiempo con sus ojos de vuelto pero aún así no podía evitar apreciar cada detalle y el cielo nocturno se había vuelto su vista favorita. Sasuke se acercó a él parándose a su lado viendo el cielo con las manos en sus bolsillos.   - Tenemos que decirle a Hokage de tu regreso – comentó Sasuke de manera distraído pero en realidad estaba preocupado por lo que pensara Kuro   - No tengo problema después de todo sigue cuidando de la aldea. – levantó sus hombros sin importancia – Presiento que Sakura va a matarme, imagino que es mucho más fuerte que cuando era una niña   - Eso ni lo dudes y sus golpes podrían matarte de verdad, esa mujer no tiene nada de delicada – dijo Sasuke divertido escuchando la risa del otro   - Vamos teme, iremos a dormir y mañana temprano le avisaremos al Hokage de mi regreso  Las cosas en Konoha habían estado en paz durante todos estos años, los Uchiha solo pensaban en cuando volverían a ver a Kuro, uno de los integrantes de su familia. Los demás aldeanos habían notado sus ausencia pero todos sabían que el pequeño Uchiha se había ido a un entrenamiento especial o eso era lo que decían sus padres y hermanos pero no indagaban más, era bastante común que los Uchiha se fueran por una temporada lejos de la aldea a entrenar y no muchos conocían el paradero de cada uno ya que eran bastante secretos. Al ser uno de los clanes más fuertes de la aldea no quería que los demás o sus enemigos supiera adonde iban los jóvenes a entrenar.   Justo en el barrio Uchiha en la casa principal se encontraban tres azabaches, el primer de 18 años de cabello largo amarrado en una coleta y en su rostro parecía dos rayas que podrían incluso parecer ojeras además de que vestía un uniforme de ANBU, el menor de 16 años entrenando con el mayor mientras que una pequeña de 10 años los veía entretenida. Los hermanos se encontraban bastante entretenidos en lo que hacía que ni cuenta se dieron que alguien los veía desde lejos, ellos habían estado esperando la llegada de su hermano, lo extrañaban bastante además de que hacía falta esa chispa de carisma en la casa pero mantenía la esperanza arriba como su madre.   La persona que los estaba viendo cayó con gracia frente a los tres hermanos logrando que se asustaran y se pusieran en posición de defensa. El chico era de cabello azabache como ellos, con una máscara de zorro cubriendo su rostro, vestía unos pantalones negros, una playera sin mangas del mismo color, en su cintura tenía carios kunais y algunas pequeñas dagas colgando.   - ¿Quién eres? – preguntó Sasuke frunciendo el ceño y colocándose frente a su hermana   - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes  - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes   - ¿Naruto? – dijo Itachi confundid pero contento por ver a su hermanito de regreso, estaba realmente emocionado por verlo de nuevo, tan grande y maduro además de que tenía sus ojos, ya no era ciego.   - Itachi-nii recuerda que mi nombre es Kuro no Naruto – su mirada se opacó – él murió hace un tiempo. – recupero ese brillo y sonrió hacía la mayo – Uchiha Kuro volvió a casa   - ¡Kuro-nii! – grito la menor corriendo a los brazos del otro abrazándolo con fuerza haciendo que sonriera con cariño mientras acariciaba su cabello   - Hola pequeña princesa, veo que has crecido bastante – le dijo con ternura   Kuro siempre había tenido una hermosa relación con su hermana menor, siempre era quien estaba con ella para cuidarla y jugar a lo que quisieran incluso si eso implicaba que lo vistiera y arreglara como una mujer, ver a su hermanita feliz era lo único que necesitaba además siempre dijo que era su pequeña princesa mientras que su madre era la reina.   Antes de que alguien pudiera decir algo más o abrazar al recién llegado Mikoto se acercó a ellos caminando de manera distraída.   - ¿Qué fue ese ruido? – preguntó la mujer levantando la vista quedando en shock al ver a su pequeño Kuro tan grande y parado frente a ellos mientras tenía a su pequeña entre sus brazos. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, había extrañado tanto al pequeño Kuro, ese pequeño solecito que iluminaba sus vidas.   - ¡Mi pequeño Kuro! – dijo Mikoto viendo como su hijo se acercaba con su sonrisa tierna y amable envolviéndola entre sus brazos, ahora su hijo era más alto que ella así que ahora era él quien la consolaba   ……………………………………………..   Mikoto siempre supo que Naruto era la persona más fuerte que había conocido, sus padres lo habían olvidado y solo se dedicaban a sus hermanos menores pero así podía sonreír como si nada malo hubiera pasado y siempre ayudaba a los demás, pero… ¿quién lo ayudaba a él? ¿Quién estaba para consolarlo y abrazarlo diciéndole que todo estaría bien? Por eso aquel día que Mikoto caminaba por la academia esperando por Sasuke y Naruto se quedó petrificada al ver al pequeño rubio en una esquina de un callejón con sus piernas entren sus brazos y su cabecita escondida entre ellas y podía escuchar pequeños sollozos. La mujer no lo soporto más y corrió tirando las bolsa que tenía en sus manos para tomar con cuidado al pequeño entre sus brazos dejando que sacara toda la tristeza en él mientras se mecía suavemente y dejaba suaves besos en la cabeza del niño.   - Tranquilo pequeño, todo estará bien – le decía una y otra vez sin dejar al menor   Naruto solo se aferraba a la playera de la mujer llorando con toda su alma, dejando que su tristeza se evaporara con el cariño de esa mujer le daba.   ……………………………………..   - Tranquila mamá, he vuelto y prometo no volverme a ir – le dijo Kuro en un susurró mientras que la mujer sonreía con ternura, su pequeño había crecido tanto – Lamento haberte dejado por tanto tiempo – se separó limpiando las lágrimas de las mejillas de su madre con cariño tal y como ella solía hacerlo para él.   - Eso ya no importa – sonrió de manera tierna para después tomar las mejillas de su hijo entre sus manos – Déjame verte con atención   Mikoto   Tomé el rostro de mi Kuro con delicadeza y acaricie sus mejillas, había pasado tanto tiempo en que no lo veía y puedo ver todos los cambios que ha tenido, esa cara aniñada estaba desaparecida pero su sonrisa seguía siendo la misma. Sus ojos.   - Kuro, tus ojos…   - Me los dio la persona que me cuido todo este tiempo. – bajo su mirada y podía ver la tristeza en sus hermosos ojos, ahora tan negros como la noche, de esta manera si parece realmente un Uchiha como debió de ser desde el momento que nació. – Él fue mi maestro y otro padre para mí todos estos años   - Oh pequeño, ¿quién fue ese amable hombre que te cuido? – le pregunté con cariño, me parte el corazón ver a mi pequeño tan triste. Mi pequeño sol no debería de sentirse triste, el mundo no lo merece.   - Uchiha Madara   …………………………………………………   Los presentes estaban realmente sorprendidos, ni siquiera sabían que el hombre seguía vivo, uno de sus antepasados estaba con vida y cuido del menor con tanto cariño para que Kuro lo reconociera como un padre más. Todo entraron a la casa para poder escuchar lo que Kuro les contaría acerca d e que había hecho estos años así que acomodados y con un té preparado por Mikoto vieron a Kuro quien les explico con detalle todo lo que había vivido al lado de Madara.   Al acabar Kuro se levantó saliendo de nuevo al patio trasero donde se recargó sobre un árbol viendo el cielo estrellado, era fascinante lo mucho que se había perdido, sí ya llevaba bastante tiempo con sus ojos de vuelto pero aún así no podía evitar apreciar cada detalle y el cielo nocturno se había vuelto su vista favorita. Sasuke se acercó a él parándose a su lado viendo el cielo con las manos en sus bolsillos.   - Tenemos que decirle a Hokage de tu regreso – comentó Sasuke de manera distraído pero en realidad estaba preocupado por lo que pensara Kuro   - No tengo problema después de todo sigue cuidando de la aldea. – levantó sus hombros sin importancia – Presiento que Sakura va a matarme, imagino que es mucho más fuerte que cuando era una niña   - Eso ni lo dudes y sus golpes podrían matarte de verdad, esa mujer no tiene nada de delicada – dijo Sasuke divertido escuchando la risa del otro   - Vamos teme, iremos a dormir y mañana temprano le avisaremos al Hokage de mi regreso  Las cosas en Konoha habían estado en paz durante todos estos años, los Uchiha solo pensaban en cuando volverían a ver a Kuro, uno de los integrantes de su familia. Los demás aldeanos habían notado sus ausencia pero todos sabían que el pequeño Uchiha se había ido a un entrenamiento especial o eso era lo que decían sus padres y hermanos pero no indagaban más, era bastante común que los Uchiha se fueran por una temporada lejos de la aldea a entrenar y no muchos conocían el paradero de cada uno ya que eran bastante secretos. Al ser uno de los clanes más fuertes de la aldea no quería que los demás o sus enemigos supiera adonde iban los jóvenes a entrenar.   Justo en el barrio Uchiha en la casa principal se encontraban tres azabaches, el primer de 18 años de cabello largo amarrado en una coleta y en su rostro parecía dos rayas que podrían incluso parecer ojeras además de que vestía un uniforme de ANBU, el menor de 16 años entrenando con el mayor mientras que una pequeña de 10 años los veía entretenida. Los hermanos se encontraban bastante entretenidos en lo que hacía que ni cuenta se dieron que alguien los veía desde lejos, ellos habían estado esperando la llegada de su hermano, lo extrañaban bastante además de que hacía falta esa chispa de carisma en la casa pero mantenía la esperanza arriba como su madre.   La persona que los estaba viendo cayó con gracia frente a los tres hermanos logrando que se asustaran y se pusieran en posición de defensa. El chico era de cabello azabache como ellos, con una máscara de zorro cubriendo su rostro, vestía unos pantalones negros, una playera sin mangas del mismo color, en su cintura tenía carios kunais y algunas pequeñas dagas colgando.   - ¿Quién eres? – preguntó Sasuke frunciendo el ceño y colocándose frente a su hermana   - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes  - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes   - ¿Naruto? – dijo Itachi confundid pero contento por ver a su hermanito de regreso, estaba realmente emocionado por verlo de nuevo, tan grande y maduro además de que tenía sus ojos, ya no era ciego.   - Itachi-nii recuerda que mi nombre es Kuro no Naruto – su mirada se opacó – él murió hace un tiempo. – recupero ese brillo y sonrió hacía la mayo – Uchiha Kuro volvió a casa   - ¡Kuro-nii! – grito la menor corriendo a los brazos del otro abrazándolo con fuerza haciendo que sonriera con cariño mientras acariciaba su cabello   - Hola pequeña princesa, veo que has crecido bastante – le dijo con ternura   Kuro siempre había tenido una hermosa relación con su hermana menor, siempre era quien estaba con ella para cuidarla y jugar a lo que quisieran incluso si eso implicaba que lo vistiera y arreglara como una mujer, ver a su hermanita feliz era lo único que necesitaba además siempre dijo que era su pequeña princesa mientras que su madre era la reina.   Antes de que alguien pudiera decir algo más o abrazar al recién llegado Mikoto se acercó a ellos caminando de manera distraída.   - ¿Qué fue ese ruido? – preguntó la mujer levantando la vista quedando en shock al ver a su pequeño Kuro tan grande y parado frente a ellos mientras tenía a su pequeña entre sus brazos. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, había extrañado tanto al pequeño Kuro, ese pequeño solecito que iluminaba sus vidas.   - ¡Mi pequeño Kuro! – dijo Mikoto viendo como su hijo se acercaba con su sonrisa tierna y amable envolviéndola entre sus brazos, ahora su hijo era más alto que ella así que ahora era él quien la consolaba   ……………………………………………..   Mikoto siempre supo que Naruto era la persona más fuerte que había conocido, sus padres lo habían olvidado y solo se dedicaban a sus hermanos menores pero así podía sonreír como si nada malo hubiera pasado y siempre ayudaba a los demás, pero… ¿quién lo ayudaba a él? ¿Quién estaba para consolarlo y abrazarlo diciéndole que todo estaría bien? Por eso aquel día que Mikoto caminaba por la academia esperando por Sasuke y Naruto se quedó petrificada al ver al pequeño rubio en una esquina de un callejón con sus piernas entren sus brazos y su cabecita escondida entre ellas y podía escuchar pequeños sollozos. La mujer no lo soporto más y corrió tirando las bolsa que tenía en sus manos para tomar con cuidado al pequeño entre sus brazos dejando que sacara toda la tristeza en él mientras se mecía suavemente y dejaba suaves besos en la cabeza del niño.   - Tranquilo pequeño, todo estará bien – le decía una y otra vez sin dejar al menor   Naruto solo se aferraba a la playera de la mujer llorando con toda su alma, dejando que su tristeza se evaporara con el cariño de esa mujer le daba.   ……………………………………..   - Tranquila mamá, he vuelto y prometo no volverme a ir – le dijo Kuro en un susurró mientras que la mujer sonreía con ternura, su pequeño había crecido tanto – Lamento haberte dejado por tanto tiempo – se separó limpiando las lágrimas de las mejillas de su madre con cariño tal y como ella solía hacerlo para él.   - Eso ya no importa – sonrió de manera tierna para después tomar las mejillas de su hijo entre sus manos – Déjame verte con atención   Mikoto   Tomé el rostro de mi Kuro con delicadeza y acaricie sus mejillas, había pasado tanto tiempo en que no lo veía y puedo ver todos los cambios que ha tenido, esa cara aniñada estaba desaparecida pero su sonrisa seguía siendo la misma. Sus ojos.   - Kuro, tus ojos…   - Me los dio la persona que me cuido todo este tiempo. – bajo su mirada y podía ver la tristeza en sus hermosos ojos, ahora tan negros como la noche, de esta manera si parece realmente un Uchiha como debió de ser desde el momento que nació. – Él fue mi maestro y otro padre para mí todos estos años   - Oh pequeño, ¿quién fue ese amable hombre que te cuido? – le pregunté con cariño, me parte el corazón ver a mi pequeño tan triste. Mi pequeño sol no debería de sentirse triste, el mundo no lo merece.   - Uchiha Madara   …………………………………………………   Los presentes estaban realmente sorprendidos, ni siquiera sabían que el hombre seguía vivo, uno de sus antepasados estaba con vida y cuido del menor con tanto cariño para que Kuro lo reconociera como un padre más. Todo entraron a la casa para poder escuchar lo que Kuro les contaría acerca d e que había hecho estos años así que acomodados y con un té preparado por Mikoto vieron a Kuro quien les explico con detalle todo lo que había vivido al lado de Madara.   Al acabar Kuro se levantó saliendo de nuevo al patio trasero donde se recargó sobre un árbol viendo el cielo estrellado, era fascinante lo mucho que se había perdido, sí ya llevaba bastante tiempo con sus ojos de vuelto pero aún así no podía evitar apreciar cada detalle y el cielo nocturno se había vuelto su vista favorita. Sasuke se acercó a él parándose a su lado viendo el cielo con las manos en sus bolsillos.   - Tenemos que decirle a Hokage de tu regreso – comentó Sasuke de manera distraído pero en realidad estaba preocupado por lo que pensara Kuro   - No tengo problema después de todo sigue cuidando de la aldea. – levantó sus hombros sin importancia – Presiento que Sakura va a matarme, imagino que es mucho más fuerte que cuando era una niña   - Eso ni lo dudes y sus golpes podrían matarte de verdad, esa mujer no tiene nada de delicada – dijo Sasuke divertido escuchando la risa del otro   - Vamos teme, iremos a dormir y mañana temprano le avisaremos al Hokage de mi regreso  Las cosas en Konoha habían estado en paz durante todos estos años, los Uchiha solo pensaban en cuando volverían a ver a Kuro, uno de los integrantes de su familia. Los demás aldeanos habían notado sus ausencia pero todos sabían que el pequeño Uchiha se había ido a un entrenamiento especial o eso era lo que decían sus padres y hermanos pero no indagaban más, era bastante común que los Uchiha se fueran por una temporada lejos de la aldea a entrenar y no muchos conocían el paradero de cada uno ya que eran bastante secretos. Al ser uno de los clanes más fuertes de la aldea no quería que los demás o sus enemigos supiera adonde iban los jóvenes a entrenar.   Justo en el barrio Uchiha en la casa principal se encontraban tres azabaches, el primer de 18 años de cabello largo amarrado en una coleta y en su rostro parecía dos rayas que podrían incluso parecer ojeras además de que vestía un uniforme de ANBU, el menor de 16 años entrenando con el mayor mientras que una pequeña de 10 años los veía entretenida. Los hermanos se encontraban bastante entretenidos en lo que hacía que ni cuenta se dieron que alguien los veía desde lejos, ellos habían estado esperando la llegada de su hermano, lo extrañaban bastante además de que hacía falta esa chispa de carisma en la casa pero mantenía la esperanza arriba como su madre.   La persona que los estaba viendo cayó con gracia frente a los tres hermanos logrando que se asustaran y se pusieran en posición de defensa. El chico era de cabello azabache como ellos, con una máscara de zorro cubriendo su rostro, vestía unos pantalones negros, una playera sin mangas del mismo color, en su cintura tenía carios kunais y algunas pequeñas dagas colgando.   - ¿Quién eres? – preguntó Sasuke frunciendo el ceño y colocándose frente a su hermana   - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes  - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes   - ¿Naruto? – dijo Itachi confundid pero contento por ver a su hermanito de regreso, estaba realmente emocionado por verlo de nuevo, tan grande y maduro además de que tenía sus ojos, ya no era ciego.   - Itachi-nii recuerda que mi nombre es Kuro no Naruto – su mirada se opacó – él murió hace un tiempo. – recupero ese brillo y sonrió hacía la mayo – Uchiha Kuro volvió a casa   - ¡Kuro-nii! – grito la menor corriendo a los brazos del otro abrazándolo con fuerza haciendo que sonriera con cariño mientras acariciaba su cabello La persona que los estaba viendo cayó con gracia frente a los tres hermanos logrando que se asustaran y se pusieran en posición de defensa. El chico era de cabello azabache como ellos, con una máscara de zorro cubriendo su rostro, vestía unos pantalones negros, una playera sin mangas del mismo color, en su cintura tenía carios kunais y algunas pequeñas dagas colgando.   - ¿Quién eres? – preguntó Sasuke frunciendo el ceño y colocándose frente a su hermana   - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes  - Es bueno verte Sasu. – se quitó su máscara mostrando su rostro – Veo que sigues cuidando de los demás, me alegra verte tan bien, también a ustedes   - ¿Naruto? – dijo Itachi confundid pero contento por ver a su hermanito de regreso, estaba realmente emocionado por verlo de nuevo, tan grande y maduro además de que tenía sus ojos, ya no era ciego.   - Itachi-nii recuerda que mi nombre es Kuro no Naruto – su mirada se opacó – él murió hace un tiempo. – recupero ese brillo y sonrió hacía la mayo – Uchiha Kuro volvió a casa   - ¡Kuro-nii! – grito la menor corriendo a los brazos del otro abrazándolo con fuerza haciendo que sonriera con cariño mientras acariciaba su cabello   - ¡Kuro-nii! – grito la menor corriendo a los brazos del otro.    

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