CAPÍTULO X Nellie Tripp sonrió con timidez a Robert, que estaba de pie junto a su cama, mirándola. Cynthia advirtió que el rostro delgado de la muchacha era bastante atractivo, cuando no estaba sumido en la desventura. —¡No se preocupe, Nellie!— dijo Robert—. Voy a hacer una visita a su novio, pero le prometo que no lo haré sentir presionado a casarse con usted. —¿No será duro con él, señor? —No, no seré duro— prometió Robert. —El no quiso perjudicarme, de veras. Fue tanto mi culpa como la de él. Más mía, porque yo sabía que él no tenía dinero para casarse. Me lo dijo muy claro. —Sí, comprendo, Nellie— contestó Robert con gentileza—. ¡No se preocupe! Descanse, duerma y haga lo que la señorita Morrow le aconseje. Nellie miró hacia Cynthia con expresión ansiosa. —Me da mucha pena cau