—No, no puedes pelear por mí. Estará bien, alguien más lo hará. Ya has peleado por mí —suspiró Raven en tono bajo. —¿Crees que solo porque estoy embarazada, de repente no puedo pelear? ¿Estás hablando en serio, Raven? —preguntó Stella, su compañero Truett se quedó congelado y la miró mientras ella estaba sentada en su regazo. —¿Estás embarazada, cariño? —le preguntó Truett. —Sí, pero ¿qué tiene que ver eso? Probablemente podría vencerla usando solo un brazo —le responde Stella y se ríe. —No, cariño, no puedes ir. No es seguro. ¿Por qué no me lo dijiste? —le reprochó Truett en tono de molesto. —¿Escuchaste algo de lo que dije ayer? ¿Algo en absoluto? ¿Con tus juicios precipitados en nuestra contra? Además, si supieras que estoy embarazada, habrías intentado quedarte a mi lado, y franca