¿Mercancía o presa? Da igual, de todos modos estoy en sus manos y me temo que no tendré la fuerza necesaria para salvarme de sus labios y sus manos. Sus labios Atenea Me es muy difícil ignorar lo mucho que me atrae, sin embargo, debo ser fuerte y mantener los ojos bien abiertos, estoy segura de que las intenciones de mi esposo no son para nada confiables, habiendo tantas mujeres mucho más atractivas y maduras ¿Por qué se tuvo que fijar en mí? Claro, no es que sea un anciano, quizás unos veinticinco años, la edad ideal para tener a cualquier otra a sus pies, es obvio que mi fortuna y mi posición es lo que le atrae de mí. —No voy a negar que haberme casado contigo es un excelente negocio, no seré un hipócrita en ese sentido, no obstante, no es el único motivo que tuve para aceptar este