Aunque estaba muy molesto, no era tan tonto como para rendirse sin luchar.
—Nicole, dame el teléfono. Voy a llamar a Barret.
—Usa tu propio teléfono. Mi teléfono está muerto.
—Todo lo que quiero es mi teléfono.
—No he agarrado tu teléfono.
—¡Tú!
Intervino el policía molesto.
—¿Qué? ¿Por qué estás tan molesto? Quédate donde estás. No seas un joven tan poco razonable, ¿vale?
Joe tenía muchas ganas de llorar.
—Oficial, ¿no ve que ella está mintiendo? Está engañándolo.
—No tiene que preocuparse por eso. Tengo un juicio básico.
Joe suspiró sin poder evitarlo.
Finalmente recordó lo que había dicho Barret.
Barret le había dicho: Cuanto más te molestes, más tranquilo debes estar. solo cuando estés tranquilo, podrás encontrar una solución al problema.
Se dio la vuelta, respiró profund
