Al ver que Joe no hablaba, Rachel pensó que no entendía lo que quería decir. —Señor, me refiero a que cuando estemos frente al señor y a Barret... Joe la interrumpió con impaciencia: —No estoy sordo. —¿Qué le parece? Mirando su cara expectante, Joe realmente quería abofetearla. Era como cagar sobre alguien y preguntarle si olía bien. —¿No crees que estás un poco fuera de lugar? Rachel le dirigió una mirada tímida. Si Joseph sabía que ella y Joe estaban en un punto muerto, podría estar en problemas. —Señor, mire, todos sabemos que es un poco injusto con usted. Pero no se preocupe, lo hemos discutido. Si está de acuerdo con nosotros, le compensaremos un poco cada mes. Joe estaba confundido. ¿Compensarle? ¿Cómo? —¿Qué quieres decir? —Acordamos que cada uno de nosotros le daríamos