Me senté en la silla del escritorio, a través del espejo de pared pude ver a Luchia tratando de sacar la pintura de mi cabello. Me lo lave más de tres veces, pero no fue suficiente ya que aún tengo, por lo que le pedí ayuda a Luchia, lo cual fue una gran idea ya que ha logrado más avance que yo.
—¿Qué es esa crema? — Le pregunte.
Luchia me miro por el espejo y sonrió.
—Lo uso para que mi cabello no se dañe con el cloro, pero parece que también funciona con pintura— Murmuro pasando una peinilla— Parece que eso es todo.
Luchia cerró el pote de crema y lo dejo a un lado, luego se sentó en su cama y empezó agitar los pies como siempre hace.
Alce las cejas acostumbrada a su actitud y me senté en mi cama, tome mi celular notando que tengo un mensaje de Cameron.
—Hey, pechugona.
Rodee los ojos al ver el sobrenombre que Cameron me había puesto.
Seguí leyendo el mensaje
—Parias quiere que estés en su fraternidad, y yo quiero acostarme con ella. ¿Por qué no nos ayudamos mutuamente?
Lo mas seguro es que Paris sabe que tengo amistad con Cameron, y hablo con el para que intentara convencerme de unirme a su fraternidad. Realmente no me importa este tema, pero me llamo la atención su pregunta.
—¿De qué manera? —Pregunto.
Cameron tardo un rato en contestar, pero cuando lo hizo envió una imagen.
Se trataba un anuncio de un seminario que sería próximamente, con literalmente el mejor publicista del país. Había intentado tomar ese seminario, pero ya estaba al tope.
—Puedo conseguir que entres.
Mi boca se abrió con sorpresa, pero viniendo de Cameron, no es tan raro.
Sin dudarlo acepte su trato.
Vaya, me uniré a la fraternidad de Paris.
Apagué mi celular, y me dispuse a buscar mi cámara. Son las cinco de la tarde, por lo que tengo tiempo para pasear y ver si encuentro algo bueno para mi tarea de la próxima semana.
Salí del edificio de los dormitorios y me dispuse a caminar por el campus. La universidad en si es enorme, desde un grande varios con carreas distribuidas en cada uno, hasta dormitorios para más de 500 estudiantes, y ni hablar de las casas de fraternidades, solo eh visto unas ocho, pero sé que hay más.
Mientras avanzaba pude ver a Brais sentado junto a un árbol, de fondo se encontraba el atardecer, se veía hermoso. Sin pensarlo le tome una fotografía. Fui a galería y busqué la imagen, todo asombro en mi desapareció al ver a Brais mirando hacia la cámara con una sonrisa burlona y sanado su dedo corazón, genial, simplemente genial.
Esta vez lo mire a él, todavía tenía esa sonrisa de burla en su rostro, con la mano hizo una seña para que me fuera. Rodee los ojos y seguí avanzando tratando de encontrar algo bueno, mientras caminaba pase junto a Cameron, pero no le preste atención.
Hasta que el noto mi presencia y empezó a caminar junto a mí.
—¿Qué haces? — Pregunto.
—Nada.
—Oh, vamos. Tal vez puedo ayudarte —Dice sonriendo— Por cierto, ya le dije a Paris que te unirás, ira mas tarde a tu dormitorio.
Aunque me ponía un poco triste el hecho de que me tendría que mudar.
—Entonces. ¿Qué haces? — Insistió Cameron.
Lo mire y lo pensé durante un rato, tal vez el egocéntrico, narcisista y millonario Cameron pueda ayudarme. Digo, él tiene de todo algo bueno debe de haber para la vida, según él.
—Busco una imagen, sobre lo bueno de la vida.
Cameron asintió y miro alrededor, puso una mano en su barbilla, y luego como si supiera sonrió.
—Espera ¿Qué haces? — Pregunte al verlo quitarse su camisa, se alejó un poco de manera que podría tomarle bien la foto.
Cameron rodo los ojos sacando por completo su camisa, hizo una pose. Puso ambas manos tras su cabeza y miro hacia un lado sonriendo.
—Verme sin camisa es una de las cosas buenas de la vida— Dijo sin perder la pose.
Mire alrededor notando que estamos llamando la atención, varias chicas se habían detenido a observar y murmurar entre ellas, hasta me atrevo a decir que tomaban fotos.
—Vamos, Eider. Toma la foto. No tengo todo el día — Dice Cameron sin perder la sonrisa
—No voy a tomar la jodida foto— Dije con una ceja alzada.
Cameron y yo empezamos a discutir sobre porque no debo tomar la foto, sin embargo, sus argumentos y los míos son muy diferentes. Lo que él no sabe, es que mientras discutíamos eleve mi mano un poco y sin que se diera cuenta tome un par de fotos. Solo espero que hayan salido bien.
—¡Bien, te lo pierdes! —Exclamo Cameron pasando por mi lado, aun sin camina.
Lo vi alejarse entre la multitud de chicas. Negué con la cabeza y seguí mi camino, entre en galería para poder ver las fotos, sonreí como estúpida al ver lo bien que se habían tomado.
—¿Porque tienes fotos de Cameron sin camisa? —Escuche a alguien preguntar.
Detuve mi paso y giré bruscamente hacia atrás, donde se encontraba Taylor parada tomando una soda y mirándome con interrogación.
—¡N-nada! Ni siquiera es Cameron, solo se parece—Murmure cohibida.
Taylor le dio un sorbo a su soda y me miro expectante, luego de un rato, murmuro:
—Claro…— Pude sentir todo el sarcasmo— ¿Qué haces con esa cámara?
—Trato de tomar una foto sobre las cosas buenas de la vida —Dije agradecida por el cambio de tema.
—¿Cosas buenas, eh? — Taylor miro al cielo como si estuviera recordando algo bueno de su infancia, tal vez él pueda ayudarme con la fotografía.
(..)
Di unos pasos atrás del susto cuando Taylor estampo a un chico contra un árbol, y lo amenaza.
—¿Qué demonios haces? — Le pregunte conmocionada.
—Esto es una de las buenas cosas de la vida— Me miro— Molestar a los demás.
Estoy segura de que mi rostro reflejaba total indignación.
—¡No, claro que no!— Respondí moviendo las manos tratando de encontrarle una explicación a esto — Eso esta mal.
Taylor se encogió de hombros y siguió con lo suyo. Agrande los ojos y alza las manos en señal de rendición mientras me alejaba lentamente.
En serio, cada quien tiene su forma de ver la vida.