Me recosté en el árbol y mire el cielo, en pocos terminaran las clases, y lo más probable es que no vuelva a ver a Nine. —¿Qué haces? — Gire la cabeza encontrándome con Nine sentado a mi lado. ¿Cuándo llego? —Nada, solo pienso — Respondí en voz baja. Nine asintió y recostó su cabeza en mi hombro al mismo tiempo que suspiraba. —¿Has pensado en lo que te dije? —Asentí, rodando los ojos. —Sí, no sé por qué te molestas. —Eres mi amiga, y me preocupas. Iras a un internado, ¿No es así? —Asentí— ¿Qué tal si le gustas a un chico? —Es un internado de chicas— Aclare. Nine bufo y se puso delante mío. —Bien, conoces un chico en algún lugar de mala muerte, y aquel chico te conoce como la Eider dura, pero cuando venga la verdadera Eider ¿Qué pasara? —Si en serio le gusto me aceptara — Dije —