—¿Entonces?— Dijo Brais llamando mi atención. Lo mire sabiendo muy bien a que se refiere.
—¿Es serio quieres saberlo? — Pregunte cruzándome de piernas. El asintió.
Me encogí de hombros y suspire, preparándome para decir por qué me niego salir con Brais. Hace dos días me lo pidió y me negué.
—Como quieras. Eres egocéntrico, te crees un tanto superior, gruñón, malhumorado, te enojas fácilmente. ¿Continuo?— Pregunte dejando de enumerar con mis dedos.
—No hace falta— Dijo sonriendo forzosamente.
—Que bien, no se me ocurría nada más— Susurre para mí misma.
Permanecimos unos minutos en silencio hasta que paso lo que tenía que pasar
—¿Egocéntrico? Está bien tener la autoestima algo alto. No me creo superior, solo vivo tratando de superarme a mí, no a alguien más. ¿Gruñón? Puede que un poc
