Toque la puerta de la habitación de Brais y espere a que me abriera, pasaron unos segundos hasta que finalmente lo hizo.
—Hola— Le salude.
—¿Qué pasa? — Pregunto cruzándose de brazos.
—¿Puedo pasar? — Pregunte señalando su habitación.
Lo pensó durante un rato, pero finalmente asintió y se hizo a un lado, entre rápidamente, me acerqué a la cama y me senté. Observe a Brais el cual cerró la puerta y se sentó en la silla de su escritorio.
—¿Y bien? — Pregunto.
—Tengo que hablar contigo, es algo importante —Dije asustada — ¿Recuerdas cuando fui por el helado?
Brais asintió frunciendo el ceño, seguramente recordando aquel momento.
—¿Qué pasa con eso? —Pregunto extrañado.
—Pues, la heladería a la que fui— Hice una pausa— No sé cómo decírtelo.
Suspire y trate de calmarme un poco.
—Vamos
