Isak Golpeó su puerta, no le diré que leí su libro, no me creo capaz de tanto, pero si quiero escucharla. —¡Un momento!— grita del otro lado de la puerta. Al abrir ella en pijama y con un chupetín en la boca me mira asombrada de verme allí —¿Pasa algo?— —Si puedo pasar.—ella se aparta y me deja pasar. — Te duele algo, no sea cosa que tu amor se enojara tanto que te mando a despedirme.— Ella enojada sin saber niquira lo que pasa se queda cruzada de brazos, notoriamente enojados esperado mi repuesta. — Quiero escuchar tu versión de como nos conocimos que te he contado que me cuentes tú algo, que yo ya sé y olvide.— ella deja el chupetín en la mesita de noche sobre el papel. —El doctor dijo que ...— —Ya no estoy ciego y ese fue el propósito de esta operación, lo de la memoria llegar