Megan llevaba mucho tiempo tirada, no sabía exactamente cuánto, pero se imaginaba que eran horas. El cuerpo le dolía, el trasero todavía más, se había doblado un tobillo al caer y parecía que su pie se había inflamado, pero la principal razón de que no se hubiera levantado antes, era que la escalera había caído por encima de ella, dejándola atrapada. ¿Por qué no se había traído un teléfono?, ¿por qué no le pidió a alguien, un vigilante o algún otro empleado que la acompañara? Ah, sí, todos la odiaban en esa empresa. Megan suspiró frustrada, ¿cuánto tiempo pasaría allí antes de que alguien la encontrara?, era evidente que nadie visitaba ese cuarto, ¿estaría allí unas cuantas horas más?, ¿quizás días? Megan pensó en su hija, ¡No, imposible!, y una vez más intentó luchar con la escalera,