Mientras que Jacob se fue de la oficina de su hermano Nathan para hablar con Sabrina, el rubio de ojos azules se quedó muy pensativo en sus palabras y sobre todo en como sería aquel contrato matrimonial que haría su hermano. Así pues, encendiendo un cigarrillo de esos marrones que los hombres ricos siempre fumaban, le hizo un pequeño corte con una mini tijera, buscó un encendedor muy elegante bañado en oro, y encendió su puro. Entonces, viendo hacia la gran vista de la ciudad que tenía su lujosa oficina dijo en voz baja:
—Já, si no puedo tocarle ni un solo cabello a la hija del asesino de mi padre, entonces me las arreglaré para maltratarla de otras formas. Ahora mismo compraré el apartamento donde viviremos… no vivirá en la mansión con nosotros porque Jacob estorbará. Quiero que viva solo conmigo —Le dio una gran aspirada a su puro y botando el humo continuó diciendo —, no sabes con quien te metiste Sabrina Morgan.
Entretanto, Jacob estando en su oficina, puede observar a Sabrina sentada en el gran sofá de cuero color caoba, con cara muy asustada por todo lo que estaba sucediendo. El golpe que le había dado Nathan aún era visible en su rostro, cosa que al rubio de ojos verdes, le dio algo de lástima a pesar de que el padre de la pobre chica era aparentemente el culpable de la muerte del señor Donovan.
—¿Te duele mucho tu mejilla?
Sabrina bajó su mirada ante él y con voz triste le dijo:
—Si, aún me duele. Pero eso por ahora no me importa, tengo problemas más graves que solo preocuparme por mi mejilla.
Jacob tragó profundo, porque quería ser lo más profesional que podía ante Sabrina y colocando su mano en el mentón de ella para que alzara la mirada con voz muy amable y calmada le expresó:
—La verdad me disculpo por mi hermano porque te hizo esto Sabrina. Se que la muerte de papá lo ha sacado de sus casillas y que sacó su violencia e impulsividad, pero en realidad no se merecía que te tratara de esa forma porque eres una dama y las mujeres se merecen todo el respeto del mundo, sea lo que sea.
Sabrina mirándolo fijamente, no pudo negar que sintió algo de alivio en las palabras de Jacob, porque tenía mucha razón en que Nathan le faltó el respeto estando en el hospital. Entonces, soltando varias lágrimas le respondió:
—Jacob, se que ustedes no me creen, y menos a mi padre por todo lo que sucedió. Pero les juro por lo más sagrado que es mi madre que está en el cielo, que mi papá no pudo haber hecho nada. Yo más que nadie lo conozco y sé que él jamás le haría daño a alguien y menos de esa magnitud como murió el señor Martín—tomó las manos de Jacob —. Buscaré un buen abogado e investigador privado para averiguar quien le hizo esto a tu padre porque se que el mío no lo hizo, estoy más que segura.
Jacob enseguida se quitó del agarre de Sabrina, se levantó, fue hasta su escritorio y le dio a la chica unas carpetas las cuales contenían las fotografías de cuando su padre ingresó al restaurante y luego salió ensangrentado de allí huyendo.
—Mira las fotografías de los movimientos de tu padre por medio de las cámaras de seguridad del restaurante y de la calle. Allí también hay fotos de los cuchillos que encontraron en su camioneta. Según los médicos forenses encontraron el ADN de tu padre en todo el cuerpo de mi papá, mira —le da otra hoja —, aquí está el informe del hospital, donde dice que tu padre tenía metanfetaminas en su torrente sanguíneo y que estaba drogado cuando hizo lo del asesinato.
» Lo siento Sabrina el señor Morgan no tiene escapatoria con todo este asunto… se que lo amas y que es tu padre, pero quizá él no es la persona que le muestra a todos que es en realidad. Todas las pruebas dan a que él es el asesino de mi padre.
» Y te digo que si nuestros accionistas mayoritarios, tanto los tuyos como los míos que son del medio oriente y de Asia en general se enteran de todo, esto podrán cortar relaciones con nosotros e irse a otras compañías de telas más baratas porque no querrán trabajar con los hijos de este escandalo tan grande. Debemos mantener esto en secreto solo por los negocios.
» Porque tú, al igual que nosotros nos quedaríamos en la ruina. Ya nadie querrá trabajar con dos empresas con acciones bajas y poca reputación todo gracias a este gran escándalo que sería en todos los medios y también en el mundo.
Cabe destacar, que Sabrina estaba sola con todo ese asunto, la única persona con quien tenía apoyo era su amiga Lashmi pero estaba muerta, y a su vez, el abogado de confianza de la familia estaba de año sabático en Nepal y cortó todas las comunicaciones con sus conocidos porque según él quiso desconectarse del mundo. Entonces, ella muy asustada al escuchar todas las palabras de Jacob, se tapó la boca analizando toda la situación, y mirando las pruebas del asesinato en sus manos, se dio cuenta ahora si en que su padre no tenía escapatoria. La chica en ese momento no sabía en que pensar: si su padre era el culpable, o alguien lo incriminó en el asesinato. Pero como era la palabra del señor Morgan contra todas esas pruebas, todo estaba perdido.
Entonces, la jovencita muy asustada mirando a Jacob con mucha melancolía y con los ojos aguados le dijo:
—Bueno, entonces… ¿si me tengo que casar a la fuerza con Nathan para salvar las empresas y también a mi papá? él me dijo que quiere el 80% de las acciones de la empresa.
Jacob contrajo sus labios, y tratando de llevar la situación lo más políticamente posible le contestó:
—Si Sabrina, casarte con mi hermano es lo más viable con todo este terrible suceso, además piénsalo, sin dinero y con tu padre enfermo estarías en una situación peor.. y lo de las acciones de tu empresa, eso sería la compensación por la muerte de nuestro padre e impedir que no vaya a la cárcel. Lo siento, pero esa es la realidad… además, mira la situación como está, tu padre estará vivo con casa por cárcel, y nuestro padre muerto. Alguien tiene que pagar las consecuencias de sus actos, ¿O no?
Sabrina secándose las lágrimas en su rostro bajó su mirada, se sonó la nariz y le dijo a Jacob:
—Esta bien, aceptaré casarme con Nathan y les daré a ustedes todas las acciones de mi empresa por lo que hizo mi padre. Se que él es alguien violento pero resistiré a sus golpes.
Jacob miró a la chica con mucha lástima y no dudó en tomar sus manos y le comentó:
—Sabrina, es obvio que todo esto que está pasando nos pone de enemigos personales pero sé que tú no tienes la culpa de las acciones que hizo tu padre. Así que yo como abogado haré un contrato matrimonial con condiciones para que mi hermano no abuse de ti en ningún momento.
Sabrina dirigió su mirada hacia él y con voz muy triste le dijo:
—Ok esta bien, muchas gracias en verdad. Eres como un ángel en toda esta situación. Me hiciste ver que fue lo que pasó en realidad y me explicaste muy bien. La verdad… tenía mucho miedo en casarme con nathan y que me golpeara mucho más.
Jacob contrajo sus labios de nuevo y le respondió:
—No te preocupes, yo no soy una persona de guardar rencor como mi hermano. Pero en realidad no soportaría que te pegara porque sea lo que sea eres una mujer y además eres mucho más frágil que él. En el contrato haré que no te pegue y que tampoco te toque así que quédate tranquila.
Sabrina le hace una mini sonrisa de lado un tanto apagada porque en realidad a pesar de que en el fondo le gustaba Nathan, por ser el hombre de quien se enamoró por primera vez a simple vista desde hace dos años, sentía mucho temor al ver que el hombre en ya tres ocasiones se mostró muy violento e impulsivo.
—Gracias Jacob. ¿Y… para cuando seria el matrimonio falso?
De repente, los dos son interrumpidos por Nathan, quien dándole un punta pie a la puerta, la cual estaba semiabierta entró sin
permiso a la oficina de Jacob y con el rostro enojado le dijo:
—¡El matrimonio será dentro de dos días!