La habia empezado a besar como si fuese la ultima vez y la intensidad fue contagiosa, rapidamente ambos parecian salvajes introduciendo sus lenguas en la boca del otro, mordiendose labios y trozos de piel y succionando lo que fuera que quedara a su alcance, sin importar marcas o huellas de lo sucedido. Mikkael la volteo para estar frente a su espalda y la orillo a la baranda del balcon, la ayudo a abrir un poco las piernas y, mientras besaba su nuca, introdujo sus dedos en su c******s y empezo a dar leves circulos, haciendo que le temblaran las piernas al aumentar la velocidad. Al sentir la humedad correcta y ya cuando Taina estaba doblada pues no resistirian mucho mas sus rodillas, la penetro con sutileza, dandole esta vez tiempo de sentir toda su masculinidad abriendose paso dentro de s