Nader la miraba fijamente y Aisha se veía incapaz de subir la vista otra vez para mirarlo después de aquel choque entre sus miradas. Ella no entendía porque estaba tan molesto. No había hecho nada malo, solo ser educada y sonreírle a su amigo. La chica jugaba con sus dedos sobre su regazo buscando calmar sus nervios por tener aquellos ojos azules sobre ella, entonces escuchó como el camarero hizo un carraspeo para llamar la atención de Nader, que se había quedado ensimismado mirando a su protegida. —¿Señor Khalil? —lo llamó el chico esperando una respuesta, pero se puso tenso cuando Nader lo miró molesto. —¡Pero ¡¿qué estás haciendo ahí parado como si fueras una estatua?! —Nader regañó al camarero echando humo por las orejas, había perdido por completo la paciencia. —¡Ve a por mi cu