Nader tomó la decisión de regresar a su hotel andando, pues tenía que despejar la cabeza de alguna manera para no pensar en su frustración. En el deseo de tener a Aisha, en sus sentimientos encontrados hacia a ella, y en el hecho de que si no podía estar con otra mujer, no sabía cómo iba a hacer para olvidarla. El amor para Nader era sinónimo de tristeza, engaños, amargura y destrucción. Para él no había nada de hermoso en esa droga que tantos soñaban probar. Pero Aisha, su Aisha…su niña soñaba con ser amada y Nader sabía que jamás sería capaz de darle una historia de ensueño, como esas románticas que tantas niñas tenían la ilusión de vivir. Por eso se sentía como un miserable por la propuesta que le hizo unas horas antes. En ese momento no podía pensar, solo quería tenerla bajo su cue