La mayoría ya habían hecho su clavado, incluida Eider. Por lo que se gracias a Cameron, Eider ya sabe que no sé nadar, que vergüenza. La última vez que intente entrar a la piscina tuvieron que darme respiración boca a boca. Espero no le haya dicho eso. Los pocos que faltaban por tirarse hacían fila, estar aquí es muy aburrido. Tomando en cuenta que no puedo comer nada ya que está prohibido ingresar cosas ricas a esta área. Mataría por comer al menos un pan dulce, o algún chocolate, incluso un pastelito. —Odio tener que dar acto de presencia en piscina para pasar — Murmure apartando la mirada. —¿Por qué hablas solo? — Escuche preguntar a Eider. Enfoque mi vista en Eider que está delante de mí y ligeramente inclinada hacia delante. Sus pechos… ¡Parecen dos dulces panes de vainilla! ¿Qué