Esperé noticias de Tatiana toda la tarde. Me quemaba la curiosidad malsana y el deseo de saber lo más posible sobre Iván. "Es como investigarlo", - dije a mi misma, pero enseguida calmé mi conciencia, pensando que no era yo, era Tatiana. Cuando sonó el teléfono, pensé que era mi amiga y no esperaba que fuera Timoteo. - Hola Nastia, tengo dos entradas para Stas Mikhailov. ¿Por qué no vamos juntos al concierto? No era un gran fan de este cantante, pero conocía de memoria casi todas sus canciones, porque a mi madre le gustaba mucho, así que no paraba de descargar sus canciones nuevas de youtube y enviarselas al móvil. - ¿A qué hora empieza? - pregunté, no sé por qué, no tenía ganas de ir. - A las diez, pasaré a buscarte a las nueve, - dijo como en tono de orden. - Bien, - acepté, con la