Cuando vi cómo se desarrollaba la situación, intenté tomar medidas radicales. No me gustó cómo reaccionó Slav al ver a su hijo. Esperaba ver la positividad y el deseo de una pronta recuperación, pero fue todo lo contrario. Tuvo un bajón, que yo no entendí por qué. Pedí a Tania que se llevara a su madre y Sasha. Prometí al chico que mañana podría volver a ver a su papá. Sólo quedó el padre de Tania en la habitación. Me entendió sin palabras y llevó toda la conversación, hablando de sus amigos, el futbol, la política, sin abordar temas familiares. Hoy es Nochevieja y de repente no me gustó mucho la idea, que Slav se quedara solo en el centro, mientras toda su familia se felicitaba el Año Nuevo juntos. Llamé al Dr. Ferreiro y le pedí permiso para llevarlo a casa esta noche bajo mi responsab
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