—¿Qué va a pasar con Margarita? —le pregunto al policía y este hace una mueca despreocupado. —Solo estamos esperando a sus padres, porque es menor de edad, así que solamente se irá con un llamado de atención —comenta —. Eso es lo que les pasa por andar peleando por chicos, en vez de ponerse a estudiar —dice serio y me río, aunque en parte tiene razón. Regreso a la celda, en donde Margarita se encuentra acostada sobre la silla de cemento, así que cuando llego a su lado, hace una cara avergonzada, por no dejar espacio, pero no le doy importancia y me siento a un lado, empezando a tararear una canción de la que solo recuerdo la melodía y logro que ella se una. Así pasamos varios minutos, hasta que llega el policía amargado a sacarnos de acá, ya que han llegado a recogernos. —Creo que pe