Tayná Melo Rafael me dejó frente al callejón donde vivo sin decir ni una palabra más, cuando el vehículo se detuvo ni siquiera le agradecí, simplemente salí del coche lo más rápido posible y corrí hacia el callejón para llegar pronto a casa. Él fue un gran idiota, en realidad, es idiota, espero no volver a verlo nunca más, sería lo mejor para los dos, porque no nos llevamos bien, solo sabemos pelear y él es una persona muy ignorante, no mide sus palabras al tratar a alguien y además es muy engreído. Cuando entré a casa, mi tía ya me estaba esperando mientras tomaba un café. —¿Es esta la hora de llegar a casa, Tayná? —pregunta irritada. —Tía, me emocioné demasiado esta noche —miento y le doy un abrazo. —Estaba preocupada —dice. —Lo siento por no haber avisado tía, la próxima vez prom