Estoy en problemas. Realmente estoy en problemas. Ayer no debió pasar. ¡Joder, Gabriella! He pasado anoche en brazos de Eros, sabía que estaba cometiendo un error. Pero me dejé llevar por el momento, el morbo que me produce el hombre y todo el complejo de sensaciones que el mismo me genera. Fue un error. No puedo permitir dejarme nublar el sentido común por un polvo ¿De verdad no pudiste mantener las piernas cerradas? Me reclamo en silencio mientras yazgo en la cama la mañana siguiente. La cama está vacía y agradezco que Eros no este. Sin embargo, fue una noche realmente buena. —Ay, por favor —susurro, enojada con mis propios pensamientos. Me levanto de la cama envuelta en una de las sabanas y cuando estoy por meterme al baño me doy cuenta de que mis cosas ya están en la habita