Callum no había dejado que Lana se ocupara otra vez de él. Había decidido alejarla, pues le parecía que la había dejado entrometerse en su vida de una manera que a ningún otro le permitió. Se había cambiado por completo de habitación, y había mandado a adecuar una de las habitaciones, como gimnasio, donde empezó a hacer su terapia física él solo, y a entrenar a su ritmo. Pocas veces se topaba con Lana, quien se sentía aislada, y despreciada. Además de que sus noches, eran terribles, pues otra vez el insomnio estaba haciendo estragos en su vida. Llevaba semanas así, y ni siquiera podía ver a Callum para insultarlo y gritarle lo que se merecía, pues vivía alejado de ella como si tuviera peste. Cansada de la situación, empieza a hablar más seguido con su madre, con quien termina desaho