—¿Crees que puedes acomodarte en mi casa como una rata asquerosa, colarte en mi familia, mientras yo no estaba consciente y ahora creerte la dueña de todo lo que es mío? Estás muy equivocada muchachita. —Empieza a subir el tono de voz. —Pues esta rata asquerosa es tu esposa, así que ahora te aguantas. Lana, que no quiere seguir alterándose por el hombre, se dirige al baño a tomar una ducha. —¿A dónde vas? No hemos terminado. No puedes irte así como así. ¡Muchacha! ¿Eres sorda? El hombre grita con fuerza, pero Lana simplemente lo ignora, y sigue su camino. Toma una ducha reparadora, que demora muy poco, pues Callum no deja de llamarla, gritándole que se largue y que no la soporta, lo que ella aguanta, intentando ignorarlo, pero es difícil cuando realmente eres despreciada por quien cui