Esa noche James y Alice durmieron abrazados, las pesadillas que los habían acosado no aparecieron; los dos podrían acostumbrarse a una vida juntos. Cuando Alice se despertó, se encontró sola en su cama, pensó que todo había sido un sueño, pero al ver la nota en su mesita de noche ese pensamiento desapareció. "Al, te espero en la cocina." Alice se arregló y se dirigió a la cocina, James se encontraba cocinando un delicioso omelet. - Buenos días, Al ¿cómo amaneciste? A Alice le gustó como sonaba el apodo que le había dado Jane en los labios de James. - Muy bien y ¿tu? -dijo Alice sonriendo. - Bien, te he preparado un omelet. -dijo entregándole un plato. Alice y James comieron en silencio, ninguno quería tocar el tema de la noche anterior. - ¿Hoy tienes la reunión con los inversionis