Coincidencia

4546 Words
 Sigue tus sueños con tu corazón ardiendo en llamas, y tu deseo se hará realidad ...                                                                                $♤$♤$♤$♤$♤$♤$  En el silencio de la elegante y muy espaciosa habitación, Izana dormía cómodamente en su cálida y suave cama, cubierta con su edredón azul sobre su cuerpo, vestida con pantalones de chándal y una blusa de bebé Simpson. Tumbada boca abajo y aferrada a la almohada de su famoso ídolo Alfonso Herrera, soñó con la escena de la telenovela RBD donde Mia Finge Estar Bêbada y Kiss Miguel. En ese sueño casi consigue más su despertador suena brutalmente sacándola de su sueño tirándola al suelo, despertandola de ese momento de amor con su ídolo. - ¡Yo no creo en eso! - ¿Tenías que haberte despertado a esta hora? - ¡No podrías haber esperado ni un minuto más por tu reloj egoísta! Izana, enojada con su despertador, gatea adormilada hasta la mesita de noche al lado de la cama, agarrando el reloj enojada y arrojándolo con fuerza contra la pared. Pero como tenía forma de osito de peluche, no sufre ni un rasguño y cae sobre la suave alfombra. Zana mira su osito en el suelo y dice. - Tienes suerte de haberte caído ahí arriba, traidor. - Si no, tiraría todas tus piezas. Se sienta en la colchoneta y comienza a estirarse, y también deja escapar un bostezo. Luego, desde la distancia, mire la hora en su reloj y observe que ya son las 7:00 de la mañana. En su mente, algo no deja de hurgar en su razón, como si le dijera algo, algo importante y muy urgente. Zana se ha sentido así antes, en la boda de su tía Guadalupe cuando era niña, y está consciente de su alarma psicológica. Y decide recoger su reloj y volver a ponerlo en la mesita de noche, y en él ve algo escrito en su periódico universitario que la asusta. - ¡¡Dios mío, llego tarde !!! E Izana se apresura al baño para darse una ducha rápida y cambiarse para su primer día de universidad. En el apuro se resbala en la alfombra y se cae, se vuelve a levantar y deja caer las gafas al suelo un par de veces y de nuevo trata de mantenerse positiva, y corre a la ducha ya desnudándose y dándose la ducha a la velocidad de la luz. Luego de ese momento de adrenalina, se seca y se viste al mismo tiempo con el primer atuendo que ve frente a ella. Izana está arreglando su bolso en el escritorio y usando su difusor en su cabello al mismo tiempo, donde sus manos sostienen los objetos y sus pies arrastran la mochila más cerca de ella. Ni siquiera toma su café y ya corre hacia la puerta recogiendo su mochila y haciendo que sus zapatos se apresuren. - ¡Por favor, no seas el único que llega tarde! - ¡Que no sea yo el único que llega tarde! - Que yo no ... ¡buenos días! - ¡Buen día! (Dice el estudiante) Espera a que su compañero de construcción salga adelante y se va justo atrás, tratando de actuar con normalidad, sintiéndose feliz de no ser la única que llega tarde. Y los dos bajan las escaleras juntos, donde su extraño comportamiento asustó un poco a su colega, que la miraba lo más lejos posible. Izana al ver su cara de asombro decide preguntar qué era. - Lamento preguntar, pero ¿hay algo mal en mí? - Bueno, ya que preguntaste, sí. - ¡¿Qué?! El chico moreno, de ojos color miel y modales un poco dudosos, pero gentiles y educados, se acerca a ella pidiéndole permiso y saca una etiqueta con el precio de muestra de su blusa. E Izana se sonroja de vergüenza cuando le entrega el precio de la blusa que cuesta R $ 30,00 en promoción. La niña le sonríe toda avergonzada con sus tirantes y le agradece con la cara sin saber dónde ponerlo. - Soy Pedro Açuceno. - Izana Ramati. - Encantado de conocerte Izana. - También Peter. - ¡Gracias! - ¿Usted y la Gestión Financiera? - ¡No! - ¿No? - Soy de Administración. - ¡Dios mío, estoy jodido! Adiós. - Espera un segundo... Izana baja corriendo las escaleras como una loca para no llegar tarde a clase. Dejando a su nuevo colega volteado, él la ve corriendo desesperadamente, comenta para sí mismo. - Chica loca.                                                                             $♤$♤$♤$♤$♤$♤$  Ya en la universidad, Alfonso llegaba al aula cuando una rubia muy guapa y atractiva pasó frente a él, con un perfume espléndido y muy llamativo. Porque le traía un aroma relajante y agradable, esa sonrisa hacia él haciendo una señal con las manos. Él la mira, desconcertado por su comportamiento gentil hacia él, pero responde asintiendo con la cabeza. En el aula, Afonso mira a su alrededor y elige una mesa en la segunda fila frente a la mesa, y se sienta en su silla para sacar su libro, libreta y bolígrafos encontrando todo increíble, porque estaba con otras personas comunes detrás del mismo objetivo que él. , libertad. Allí presentes en ese enorme aula que parecía más un auditorio, repleto de cómodas mesas y sillas, todo ello pintado en verde claro y con ornamentos épicos en la zona de los filósofos matemáticos, Platón, Pitágoras, pinturas de Isaac Newton, Kurt Godel, Newton. da Costa se esparció por toda la habitación donde dejó el lugar más glamoroso donde hizo que todo fuera tan acogedor e importante. Unos minutos después llega un hombre alto y rubio con gafas, con cierto aire de seriedad en el aire. Entra al aula y se pone un legítimo bolso de cuero porque Afonso fue creado con cosas de marca y originales y conocía bien ese bolso, y era algo caro. Fue entonces cuando se presentó. - ¡Buenos días damas y caballeros! - Soy tu profesor de Gestión Financiera desde hace mucho tiempo, Lorenzo Homero Dimitri. - Bienvenidos a nuestra primera clase juntos. - Por favor, quiera incluir sus libros en el material. - Ahora mismo. Todos los alumnos allí presentes obedecen al mismo tiempo con su orden, donde la bella rubia con un agradable perfume lo observa encontrando ese momento tan interesante, la maestra la mira y le pregunta si por casualidad le gustaría hablar con él, y ella simplemente le pregunta si tiene alguna forma o modo de regar sus cosas con ellos que deban saber antes de comenzar, para que no se metan con él. Y Homer encuentra su pregunta interesante y decide responder. - ¿Interesante su pregunta señorita? - Barbara Nicollety Sambres. - Buena Srta. Sambres, respondiendo a su pregunta y creo que es de todos, también le explicaré mi forma de trabajar. - Doy las gracias al profesor Homer. - Bueno, soy muy estricto con los horarios, las tareas, los cursos, las conferencias y los exámenes. No acepto argumentos infundados que expliquen su ausencia en alguno de estos asuntos distintos a enfermedades graves, fallecimiento o accidentes que les impidan trabajar conmigo. - Los trabajos para mi tienen un plazo de una semana para entregar, ninguno un día más, mucho menos un día menos, y en la fecha que establezca y se acabó, ¡sea puntual por favor! - Cursos y conferencias. Si te recomiendo alguno de ellos, te pido que te registres y lo hagas porque mis consejos valen oro, para aquellos que realmente quieren algo aquí en este mundo de la gestión financiera, así que no ignores mis consejos. - Exámenes, manejo muy bien cada una de las preguntas asignadas a los exámenes, elijo con mucho cuidado para saber si realmente me estás escuchando o simplemente jugando a barbye en el mundo universitario. Así que ten cuidado, estudia todo lo que digo y presta atención en mis clases. - Cumples estos requisitos el resto no me interesa de ti, haz lo que quieras. Siempre que no se pierdan mi clase. Todos miran a esa maestra a la que no le gusta sonreír para nada, y vive con esa cara de mal humor para todos los presentes en el aula. Luego los mira a todos y les pide que continúen abriendo sus libros nuevamente para que finalmente pueda comenzar su clase.                                                                             $♤$♤$♤$♤$♤$♤$  Izana, aún medio dormida, corre por el pasillo detrás del salón de clases, apresurada y aún atándose el pelo, busca el patio de Ciencias Exactas, donde se encuentra su curso. Mira el pabellón en su mapa, siguiendo paso a paso la indicación, pasando por los juzgados de humanidades y ciencias biológicas hasta llegar a Exata. Que era de color amarillo. Cuando ingresa a la cancha, busca la estructura de grandes matemáticos, donde ingresa al pabellón pasando por varias salas, entre ellas ingeniería, estadística, matemáticas, sistemas de información, informática, ciencias contables, física, informática, hasta que finalmente encuentra la Sala de gestión Financiera. Mientras buscaba en la habitación, Izana miró a la gente a su alrededor, maravillándose de tantos números en la habitación, hasta que encontró el suyo, pero esa multitud a su alrededor la distrajo con tantas diferencias en estilos, ancestros, costumbres y religiones, hasta que ella encontró el suyo. Sala de Gestión Financiera. Mirando la puerta metálica con la ventana de vidrio que conduce a la maestra, se da cuenta de que el aula ya está llena de alumnos, y decide regresar por temor a que todos la miren. Pero cuando regresa a su habitación, aquí hay una mujer hermosa y muy atractiva, pero con el ceño fruncido la corrige y dice. - Es solo ... - Intenta explicarle a Izana - ¡Ahora mismo! - Órdenes de Dean - ¡Si señora! - Obedece a Izana - Estoy esperando. - Comentarios Dean Izana, muerta de miedo por una mujer de abrumadora belleza y ojos implacables, intenta ocultarle una sonrisa hasta que entra en la habitación y llama a la puerta. En cuanto lo hace, la profesora de Gestión Financiera mira hacia la puerta junto con el aula y ve que está con el decano del lugar, luego interrumpe la clase y con su brazo izquierdo hace un gesto invitando al alumno a entrar. Izana mira a la mujer que espera responder a la solicitud de la maestra y finalmente entra. - ¿Estudiante nuevo? - Pregunta al profesor - ¡Sí señor! - Respuestas Izana - ¿Su nombre? - Pregunta el profesor mirando la lista. - Izana Ramati. - Responde Izana. - Llega tarde, señorita. Ramath. - Dice el profesor en tono serio. - Perdóname, me perdí buscando la habitación. - Intenta redimirse a sí mismo Izana. - ¿No participaste en la gira de novatos? - Pregunta al profesor. - Tuve un contratiempo y llegué casi a las 9 de la noche. - Respuestas Izana - Está bien, pero la próxima vez sea puntual, no me gustan las demoras. - Dice la maestra dejándola entrar. - Sí señor. - Responde Izana avergonzada. - ¡Excelente! - Dice el profesor en tono serio. - Bueno, tu alumno ya se ha entregado, buena clase. - Comenta el decano - Gracias. - Gracias profesora. Izana busca un lugar vacío para sentarse frente a tanta gente mirándola. Avergonzada, intenta no mostrar lo que estaba sintiendo y termina yendo a la segunda fila donde encuentra una mesa vacía. Con la cabeza gacha, se apresura a sentarse, pero una niña se sienta en la silla vacía y comienza a sonreír, y a Zana no le gusta mucho, lo cual dice rápidamente. - ¿Estás sentado en esa silla? - Pregunta de Izana - Sí. - Responde la rubia. - Entonces, ¿por qué no estaba allí antes? - pregunta Izana. - Porque estaba en la otra silla. - Dice la rubia con naturalidad. - ¿Puedo sentarme en una de sus sillas? - pregunta Ozana irónicamente. - Sí. Siéntate en ese. - Responde la rubia. - Gracias. - dice Izana ya irritada. Tratando de no toparse con nadie el primer día, se marcha cortésmente con toda la humildad y cortesía por fuera, pero por dentro el deseo de responder cuán grosera y grosera era genial. Contando hasta diez adentro, se sienta en esa silla y termina cayendo hacia atrás porque la silla se rompió. Izana está tan avergonzada por la vergüenza que la rubia le presentó que se pone de pie torpemente mientras los demás en la habitación se ríen de ella. La niña está tan avergonzada pero tan avergonzada de experimentar el tiempo de la escuela nuevamente y piensa para sí misma. "¿Qué hago? ¿Qué hago? Me escapo y consigo fama y miedo, o me levanto y me enfrento a las risas de todos ”. - piensa Izana. El maestro ve ese mal hasta que está listo para ayudarla, pero ella le pide permiso al maestro y le pregunta si puede pararse en el salón de clases. - ¿No hay otra silla vacía en la habitación? - Pregunta al profesor - ¡No señor! - Respuestas Izana - ¿Puedes soportar cuatro horas de clase de pie? - Pregúntale al profesor de nuevo. - Moriré por esto. - dice Izana - Si tú lo dices, ¡por mí está bien! - Comenta el profesor. Izana toma la silla rota, se acuesta de costado y pone su mochila en la tabla lateral y se sienta. Todos se ríen y la maestra se sorprende con su actitud y le pregunta si está cómoda y ella dice que sí. Entonces la clase continúa. Doña Flores luego toma su libro y comienza a seguir la clase como si nada, mientras la rubia rebelde se ríe de ella. Poco sabe ella que su actitud ha perdido por completo sus posibilidades de hacerse amiga de Izana Ramati.                                                                        $♤$♤$♤$♤$♤$♤$  No muy lejos, a unas ocho aulas de distancia, estaba la clase de ciencias contables. Mikaela estaba sentada al frente de la clase siguiendo a su clase con una tremenda necesidad de irse, la clase era tan aburrida. A pesar de la enorme sala blanca, con más de cincuenta sillas divididas en filas, todas en diagonal hacia el enorme tablero detrás de la maestra, con aire acondicionado, data show y computadoras de última generación. Mikaela solo pensó en quedarse al lado de Afonso, porque todavía no le gustaba que la hubieran puesto en otra habitación, en otra dirección. - Maestro, ¿cuántas horas de clase? - A las cuatro, señorita ... - ¡Todo eso! - ¿No te gusta mi clase? - A decir verdad, es muy aburrido. - ¡¿Éste?! En ese momento, toda la sala abre los ojos ante la rubia sin sentido, frente a ese profesor de contabilidad. Cuando uno es convocado, pobre. Todo gira, solía ser estudiante de ciencias contables. Entonces la maestra, muy ofendida por la falta de respeto de la niña, se detiene en el tobogán y, mirándola, dice. - ¿Llamaste aburrida a mi clase? - Me hiciste una pregunta y te respondí. - Si crees que mi clase es aburrida, ¿por qué estás aquí? - ¡Gracias! - Por favor, sal de mi oficina inmediatamente. - ¿Pero por qué? - ¡Sal de la habitación ahora mismo! - Qué grosero y eso es solo porque dije la verdad. - ¡Ahora! - Dios, me voy. - Esa falta de respeto. Mikaela recoge sus cosas y sale del aula, dejando a sus compañeros maravillados de ella, porque no sabían si era demasiado inocente, demasiado lenta, demasiado atrevida o demasiado tonta para enfrentarse así a la maestra. Al salir de la habitación, se da cuenta de que la maestra la llama basura y está disgustada. - ¡UPS! No basura. - Cálmate Mikaela, no te estreses por nada. - Desde que me echaron de la habitación, me voy a dar una vuelta por la ciudad. - ¿Qué haces fuera del aula? - ¡El profesor me echó por aburrimiento! - Veo que tenemos un comediante aquí en la universidad. - ¿Humorista? Me estás llamando payaso. - ¿Sabes quien soy? - No y no me interesa. - ¡Vaya, e incluso su majestad! - Gracias por su cumplido. - Vayamos en dirección a la princesita. - ¿Que hice?                                                                                    $♤$♤$♤$♤$♤$♤$ En Floratta, la familia Flores estaba muy encantada con la embarazada Lupita Minerva. Doña Guadalupe llenó a la niña de todo tipo de dulces, recetas y bebidas energéticas y saludables, para que el nuevo m*****o de la familia llegara fuerte, hermoso y saludable. La niña fue muy servicial, ayudando con las tareas del hogar, preparando la comida donde Guadalupe le enseñó a cocinar, porque aún no sabía. El trato con la niña fue completo, desde el desayuno hasta la cena con snacks, aperitivos y masajes. Ella fue tratada como una reina a diferencia de Diego, quien fue tratada como una basura. El padre de la futura Romina Alejandra (Nombre elegido por Guadalupe y Lupita), donde los dos terminaron convirtiéndose en uñas y carne, dejando a Diego muy preocupado. Su hermano Santiago solo se ríe en la cara de su pequeño asustado, mirando a su hermana mayor tratando a su esposa como una verdadera reina, luego le da una palmada en la espalda e invita a Diego a que lo ayude a preparar el cordero, ya que al día siguiente sería el día siguiente. aniversario si Guadalupe. - Vamos Diego, ven a ayudarme con el cordero. - Santiago - Estoy yendo. - Diego - Deja de cuidar a tu novia, nuestra hermana la está cuidando bien. - Santiago - Ese es mi miedo. - Diego - ¿Tienes miedo de nuestra hermana? - Santiago - Miedo a que mi prometida se convierta en la copia de mi hermana. - Diego - Kkkkk deja de paranoia mi hermano. - Santiago - Intenta imaginar a alguien a tu lado con un genio de Guadalupe. - Diego - Kkkk ya no es exagerado. - Santiago - ¿Cómo estará esta Izana ahora? - Diego - Estudiar como una loca. Esa chica está loca por los números. - Santiago - Me alegra que esté loca por los números. - Diego - Ella y una brillante niña Diego, Lupita y una hija dorada. - Santiago - Lo sé, desde pequeña siempre se enfrentó a sus madres con fuerza y coraje. - Diego - Verdad. - Santiago - Recuerda cuando llegó toda cubierta de pintura azul porque sus amigos de la escuela la habían echado. - Diego - Recuerdo, pensé que ella querría cambiar de escuela. - Santiago - Sí yo también. Pero lloró, se dio una ducha, se cambió de ropa y volvió a estudiar como si nada. - Diego - Siempre le diste buenos consejos, Diego, y después hiciste todo al revés. - Santiago - Sabes cómo y ne mi hermano. "Haz lo que digo, pero no lo que hago". - Diego - Lo noté en el viento. Una hija. - Santiago - Me gusta y yo le agrado a ella, ¿por qué no? - Diego - Tu sin juicio. - Santiago - Amo a esa morena de Santiago. - Diego - Y no solo a ti. Mira allí. - Santiago - Oh Santiago, ¿por qué me lo recuerdas? Ahora tengo miedo de nuevo. - Diego - Kkkk déjalo libre y consigue un cuchillo. - Santiago - Está bien. - Diego                                                                                 $♤$♤$♤$♤$♤$♤$ En la universidad, la clase finalmente terminó e Izana finalmente pudo salir de la habitación. Espera a que todos salgan de la habitación para poder ser la última en entrar. En unos cinco minutos el lugar está vacío y ella puede irse, pero luego la maestra la llama para hablar con ella. Izana es rara ya que no hizo demasiado (bueno y al menos lo que ella piensa, que no hizo nada). Ella lo mira y obedece, terminando de guardar sus cosas y baja hacia él. - ¡Bueno, no, profesor! - izana - Señorita Ramati. - Profesor Homer - ¿Hice algo mal? - izana - No. Imagínate, ¿pensaste eso? - Profesor Homer - De hecho, eso pensé. - izana - Perdóname entonces. No quise asustarla. - Profesor Homer - Esta bien entonces. - izana - No eres de la ciudad. - Profesor Homer - Nuestro. Soy tan raro como eso. - izana - ¿Por qué se está cayendo a pedazos? - Profesor Homer - Perdon. Y que de donde yo vengo, soy sinónimo de un punto de referencia para las burlas. - iza - No entendí. - Profesor Homer - Nada no maestro, pensé en voz alta. - izana - Está bien, pero me gustó tu actitud hacia Barbara. - Profesor Homer - ¿Su nombre y Barbara? - izana - Sí. - Profesor Homer - Más bien bárbaro. - izana - ¿Como ya he dicho? - Profesor Homer - Lo siento de nuevo, pienso demasiado alto.- izana - Me di cuenta. - Profesor Homer - Bien, eres una chica muy fuerte y determinada por lo que noté. No te escapaste cuando Barbara se metió contigo. - izana ********* “Ojalá me hubiera escapado, como siempre lo hago. ”- Pensó Izana. ********* - Huir no es mi fuerte. - iza - Eso es bueno, porque ganó puntos conmigo señorita Ramati. - Profesor Homer - ¿Ganado? - iza - Bienvenidos a Gestión Financiera. - ¡Gracias! - iza - ¡Puedes irte ahora! - Profesor Homer - Agradecer. - iza Izana saluda a su maestra y se va encantada al saber que la maestra la admira. Ella comienza a sonreír y sale de la habitación toda sonriendo, y camina por la salida loca para regresar a su habitación, luego de alejarse de su maestra, ni siquiera se da cuenta de que la estaba mirando, pero no con una mirada de intención. , pero más bien admirada con su reacción de hoy, demostró ser una chica muy valiente y decidida. Y esto es muy raro en una persona que vino de un pueblo pequeño en busca de grandes sueños.                                                                  $♤$♤$♤$♤$♤$♤$ No lejos de allí, Afonso estaba sentado en el banco de la facultad, admirando un poco el lugar, su momento de libertad que duró solo unos minutos. Debido a que en menos de diez minutos se sentó en ese espacio que miraba una imagen magnífica de toda la universidad, Mikaela se acercó a él con esa manera de ella de niña preppy. Afonso respira hondo y cuenta hasta diez para no perder la paciencia con ella y mira en otra dirección para no estresarse con la rubia de cara de modelo. Y cuando lo hace, ve a Izana paseando con su mochila y su pantalones de vestir y blusa gitana que la hacían un poco exótica en ese modelo florido. - ¿Me estas ignorando? - dice Mikaela - Por supuesto que no Mikaela - Responde Afonso - Entonces, ¿por qué te escapas? - dice Mikaela - No estoy fungido, estoy sentado en este banco admirando este hermoso paisaje. - Responde Alfonso - No sé qué paisaje, incluso el mausoleo de mi casa es mejor que eso. - dice Mikaela Afonso mira a la rubia como si un bandido hubiera destruido una obra de arte sin tener ningún respeto por el artista. Mientras Mikaela hacía pucheros por su mal día en la universidad. Alfonso niega con la cabeza horrorizado ante su degradante comparación y dice. - Como eres tan ... - Responde Afonso - ¿Yo soy tan? - dice Mikaela - Arrogante Mikaela. - Responde Alfonso - ¿Soy arrogante? - dice Mikaela - Sí, no puedes disfrutar de tu momento de libertad. - Responde Alfonso - Esta es una prisión de Afonso, con gente sin ningún sentido del respeto, modales ni escudos de armas. dice Mikaela - Por eso se llama universidad, para aprender a ser uno mismo, hacer nuevos amigos y prepararse para el futuro. - Responde Alfonso - No tenemos que preocuparnos por eso. Tenemos dinero. dice Mikaela - ¡Aquí vienes otra vez! - Responde Alfonso - Pero es verdad. Podemos comprar quinientas de estas universidades. dice Mikaela - ¡Adiós Mikaela! - Responde Alfonso - No me dejes hablar solo, Afonso Guerra. dice Mikaela - Fui.- Responde Afonso. Mikaela llama varias veces el nombre de Afonso y él la ignora por completo, ya que su queja y aburrimiento ya lo estaban empezando a molestar por completo. La hermosa rubia que vestía la ropa más pulcra, perfecta y una modelo excepcional lo miró irse y no hizo nada. Y estaba aún más enojada con él después de esta humillación por la que pasó por su ignorancia.                                                                         $♤$♤$♤$♤$♤$♤$ Alfonso caminaba hacia la salida de la universidad cuando vio pasar a esa rubia con un refrescante y delicioso perfume. Y nuevamente le lanza una mirada atractiva mientras habla con sus amigas del mismo nivel de belleza, pero de diferentes estilos (una gótica, una preppy, una sexy y una hippie). Alfonso termina distrayéndose con ellos y chocando con alguien haciéndolos reír de él. - ¡Me disculpa! - Alfonso habla - No está bien, mi día solo sigue su destino de tropiezos y humillaciones. - comenta Izana - Como asi. - pregunta Alfonso - ¡Nada! - Izana - Tú y yo ya nos conocimos, ¿no? - Alfonso habla - No lo recuerdo bien, sobre todo con mis anteojos rotos. - dice Izana - Perdóname. - Alfonso habla - No, tudo bien. Tengo un etra en mi bolso. - Izana - ¿Llevas dos vasos en tu bolso? - Alfonso habla - Larga historia. Pero sí camino. - comenta Izana. - Perdóname de verdad. - Alfonso habla - Te dije que no te preocupes por eso. - Izana Izana se levanta, limpia su ropa y abre su mochila para ponerse los otros anteojos. En este momento Alfonso la observa cambiarse las gafas y guardarse la otra, pero aun así sigue teniendo dificultad para llenársela, lo que hace que le pregunte si esas gafas eran realmente cómodas para ella, ya que parecía que no era apropiado para su visión. y cuando ella lo mira y siente que ya lo conoce de algún lado pero no sabe quién es. En ese momento llega el ascensor y entran los dos juntos, donde Alfonso presiona el piso 07 y le pregunta en qué piso estará, donde ella responde que bajaría al séptimo piso, dejándolo muy sorprendido. - ¿Vives en el séptimo piso? - ¿Si porque? - También vivo en el séptimo piso. - ¿De este edificio? - Sí, este es el único que va directo de la universidad a los dormitorios. - Es verdad. - Bueno, ¡qué coincidencia no es! - Sí. Qué coincidencia.
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